Cuando inició la actividad vinícola, el propósito del Castillo de Remei era elaborar vinos de crianza de calidad. Con más de dos siglos de historia, el propósito actual es convertir la quinta marca de vino más antigua del Estado en una marca pionera, y hacer de la primera bodega catalana según el modelo 'château bordelais' un destino enoturístic único. Por todo esto, Tomàs Cusiné, propietario de la bodega y enòleg, coge las riendas de este nuevo objetivo junto con una nueva dirección profesionalizada.
El Castillo de Remei centra su actividad en la elaboración de tres vinos tintos –Gotim Bru, Oda y 1780–y dos blancos –Gotim Blanco y Oda Blanco–. Aún así, es mucho más que una bodega: la finca está en medio de un complejo de edificios que revelan la larga historia de la propiedad.
