El concurso empezará a las 8 h con lo entrega de los cruasanes a la sede de la Escuela de Pastelería de Barcelona. Los candidatos tendrán que entregar 12 cruasanes de mantequilla de cuerno recto, cocidos y con un peso de entre 45 y 65 g. No podrán estar rellenos ni decorados y la mantequilla tendrá que ser el ingrediente principal. Cada pastelero tendrá que entregar las piezas acompañadas de uno sobre blanco con nombre, dirección y teléfono.
A partir de las 10.30 h, un jurado formado por reconocidos profesionales de la pastelería valorarán los cruasanes presentados teniendo en cuenta los siguientes aspectos: gusto (40 puntos), alveolat (15 puntos), fullat (15 puntos), color (10 puntos), formato (10 puntos) y acabado (10 puntos). Entre los miembros del jurado habrá el ganador del concurso en 2015, el pastelero Lluís Costa, de la Pastelería Vallflorida de Sant Esteve de Palautordera. Como cada año, el último ganador preside el jurado pero no puede ser candidato. Las deliberaciones son secretas y las puntuaciones no se hacen públicas.
Reivindicando la pastelería artesana
El campeonato lo organiza por noveno año el Gremio de Pastelería de Barcelona para incentivar y premiar los conocimientos y las habilidades de los pasteleros artesanos en bollería, específicamente en un producto tan emblemático como el cruasán. A la vez, quiere ser un reconocimiento a la calidad de la pastelería artesana. Entre los ganadores de ediciones anteriores hay pastelerías como Oriol Balaguer (2014), Ochiai (2013), Sweet by Abraham Balaguer (2012), Turull (2011) u Hofmann (2010).
