Los productos de temporada de enero

El brécol es bueno incorporarlo en nuestra alimentación siempre, pero aprovechad en enero para disfrutar de su máximo sabor. Como verdura contiene un 90 % de agua, es antioxidante, ayuda a prevenir el cáncer y fortalece nuestras defensas. ¿A qué esperáis? Podéis hacerlo al vapor, al horno, gratinado, salteado ¡y de todas las maneras que imaginéis!

Esta fruta exótica proviene de Nueva Zelanda, y es una suerte que haya llegado hasta nuestros lares. Seguro que si pensáis en la vitamina C, os vienen a la mente las naranjas, ¿pero sabéis que el kiwi tiene casi el doble? ¡Sólo una pieza de kiwi aporta más del 80 % del requerimiento diario de vitamina C! Así que es ideal para incluirlo en el desayuno y empezar el día cargados de energía.

El pulpo llega a medir hasta un metro de largo y es un alimento que hay que tener en cuenta mucho, puesto que ayuda al mantenimiento de las defensas y con la cicatrización de las heridas. Además, en la cocina es absolutamente versátil, así que aprovechad el mes de enero, ¡porque es de los pocos en que lo podéis encontrar fresco!

La carne de conejo es poco calórica y baja en grasas; por lo tanto, es una opción fantástica para quien busque mantener la línea. Id más allá del arroz con conejo y haced múltiples recetas con esta carne blanca, como el conejo al ajillo, con vino blanco, con fideuá o con cerveza.

El aguacate últimamente está de moda, y sobran razones, ¡puesto que es considerado un superalimento por los nutrientes que aporta! Es rico en grasas saludables y en omega-3; además, ayuda a prevenir el colesterol. En la cocina lo podéis incorporar en ensaladas, tostadas, legumbres o batidos. Además, también podéis hacer remedios naturales para nutrir el cabello.

El salmón es uno de los pescados azules que aporta más omega-3 y ayuda positivamente a proteger el corazón, las arterias y la salud cerebral. Además, es difícil que lleguéis a aburriros de él, puesto que se pueden hacer infinitas recetas. ¡Incluso lo podéis usar en croquetas, hamburguesas o patés!

El pato es un plato típicamente asiático que va más allá del famoso 'pato con naranja'. Si os gustan los contrastes, podéis cocinarlo con una salsa agridulce, o bien acompañarlo con patata o verduras. Sea como fuere, cuando lo tengáis listo, recordad sacarlo del horno y taparlo con papel de plata unos minutos: así evitaréis que pierda el jugo.
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Las clementinas son el término medio entre las mandarinas comunes y las naranjas, a pesar de que su sabor más intenso y dulce las diferencia del resto. Pero no os preocupéis, porque vitamina C llevan igual ¡y os mantendrán activos! Si queréis, ¡podéis sustituir el zumo de naranja y hacerlo de clementinas!

Seguro que sabéis que la zanahoria es buena para mejorar la vista o para acelerar el bronceado de verano, ¡pero tiene muchísimas otras propiedades! Además, es un alimento muy práctico, puesto que las podéis comer crudas para picar entre horas o hacer elaboraciones más sofisticadas, como purés, hummus, croquetas ¡o el famoso 'carrot cake'!