Animales de colores, Pokémons, figuras de personajes televisivos, escudos del Barça... Las pastelerías están llenando sus escaparates con mones de todas las formas y colores para los más menuts. Estas obras de arte de chocolate suponen más de tres horas de trabajo artesanal, imaginación y mucha paciencia. Se crean los moldes o se cortan los patrones de las figuras, se trabaja el chocolate, se unen las piezas, se pintan y se decoran con figuretes de chocolate. El resultado? Una mona única, con chocolate de calidad, sin aditivos ni aceite de palma, colorantes azoicos o grasas trans.
El chocolate tiene un papel muy importante en la economía de Barcelona, que, a la década de los 60, se convirtió en la capital del chocolate artístico. El Gremio de Pastelería de Barcelona y Provincia calcula que este año se consumirán unas 700.000 mones artesanales, es decir, un 2% más que el año anterior. Ofrecen un producto con diseños exclusivos y cada vez más saludable. La tendencia es reducir el azúcar para responder a la preocupación actual de cara a la alimentación, sobre todo infantil. Eso sí, cada vez más personas esperan al último momento para comprar la mona.
En el siglo XX el arte de crear figuretes de cacau se popularizó en Cataluña, y el Gremio de Pastelería de Barcelona promovió concursos y muestras de mones en la Ciutat Condal. Hoy en día, la Escuela de Pastelería del Gremio de Barcelona es un referente internacional para los pasteleros y maestros xocolaters del mundo. El año 2000 el Gremio creó el Museo del Chocolate por revalorar la tradición pastelera y podemos encontrar creaciones artesanales de centenares de obras de arte de chocolate. Del 8 al 17 de abril el Museo organiza talleres infantiles de mones, donde los pequeños serán auténticos pasteleros.
