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Llega a Barcelona el primero Time Café

Se trata de un modelo de cafeterías donde los clientes sólo pagan por los minutos que están al establecimiento, el resto es gratuito

Tactic Time Café

Tactic Time Café

Desde hace pocas semanas ha llegado a Barcelona el primero 'Time Café', un modelo de cafetería donde los clientes pagan en función del tiempo que se están. El resto es gratuito y se puede consumir el que se quiera. El espacio llamado Tactic Time Café está ubicado cerca de la Sagrada Familia y ofrece cafés, tés, bebidas sin alcohol y pastas, todo en self-service, así como conexión Wi-Fin, juegos de mesa, libros y ordenadores portátiles en préstamo.

Esta idea surgió en Rusia, porque allá no existen los bares como se entienden aquí. Hay restaurantes y cafeterías, pero son lugares muy caros en que tienes que consumir algo si te quieres quedar un rato. Este modelo de cafetería fue creado por Ivan Mitin el 2010 con la creación de un local llamado Tree House, en Moscú, un espacio abierto a todo el mundo que funcionaba a partir de donaciones. Gracias a la popularidad adquirida, empezó a cobrar a sus clientes por el tiempo que se estaban. Actualmente, los 'time cafés' superan el centenar en Rusia y ya empiezan a establecerse por Europa. Mitin mezcló estos establecimientos con el nombre de Ziferblat ('esfera del reloj').

Relajarse es lo más importante a Time Café
Tactic Time Cafe no se considera como una cafetería, realmente, sería más acertado definirla como un espacio donde la gente puede pasar bien el tiempo, participando en juegos de mesa, mirando una película en una sala de cine, navegar por Internet o, directamente, tener una agradable conversación. El más habitual es ver familias o grupos de amigos que quieren pasar un buen rato todos juntos haciendo diferentes actividades y sin tener mucho cuento el dinero.

Por otro lado, el establecimiento quiere potenciar los encuentros con colectivos, ofrecen proyecciones de películas y organizan tardes de té, entre muchas más actividades. Además, no hay tiempo mínimo establecido: cada minuto se paga a seis céntimos; por lo tanto, si se quiere estar una media hora, el precio a pagar será de 1,80 €, y una hora tiene un precio de 3,60 €. Aún así, a partir de los 180 minutos la factura ya no sube. Para controlar los minutos de cada cliente, se entrega un ticket donde se anota la hora de llegada, y al momento de marchar se calcula el tiempo consumido.

Una de las características de los Ziferblat es el ambiente relajado y íntimo que todo el mundo busca en estos momentos. También tienen un aire 'vintage': parqué, sofás, mesas y un piano. Podríamos decir que conviven dos tipos de clientes: los que pasan un rato con amigos o familiares, y los que se instalan en un rincón con un ordenador portátil o con un libro y trabajan. El más importante es que la gente esté relajada y quiera estar más rato al establecimiento. Aún así, todavía es muy difícil convencer de pagar por minutos porque no es una idea que esté muy arraigada a la sociedad. Nadie está acostumbrado a pagar por el tiempo, quizás por la convicción que es de las pocas cosas gratuitas que nos quedan.
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