Los arroces, toda una especialidad

La historia de Cullera de Boix empieza el 2001 de la mano de Jordi Gabarrell, que decide abrir el primer restaurante de la casa a la ronda de Sant Pere de Barcelona (Urquinaona).

El fundador y propietario del grupo quería poner en marcha un restaurante que siguiera la tradición de las antiguas casas de comer catalanas, las fondas que ofrecían comida casera, con un plato de arroz al menú de cada día, acompañado de un buen vino o cerveza y café.

Quince años después, la idea de ofrecer un plato de arroz cada día en el menú ha resultado un éxito, y la marca Cullera de Boix se ha extendido por el centro de Barcelona con la apertura de dos nueces locales, ubicados a la Rambla de Cataluña y a la calle del Hospital.

El nuevo Cullera de Boix – Rambla de Cataluña, abierto hace un año, sigue la tradición iniciada a los otros locales y ofrece cocina mediterránea con los arroces como eje vertebrador de la carta y del menú diario. Este nuevo local recoge la experiencia de los más de 15 años del grupo hostaler en un local moderno y sofisticado junto a la plaza de Cataluña. Un local que hace sentir los clientes como casa, con los platos de siempre y el toque innovador de la mano del chef Xavier Matarrodona.

Los mejores arroces de Barcelona
Dispone de espacios amplios y modernos, ideales para celebraciones, con un ambiente fresco y agradable: dos áreas amplias para disfrutar del arroz y la cocina de Barcelona, con una entrada y una terraza ideales para degustar almuerzos, vermuts o una copa de vino acompañada de uno pica-pica sabroso. Con capacidad para 150 personas, se pueden hacer comidas de grupo, con amigos o la familia.

La primera semilla del grupo se plantó con la apertura de Cullera de Boix – Urquinaona, a la ronda de Sant Pere de Barcelona. Hoy en día se mantienen fieles en su origen y ofrecen a los clientes los arroces y la cocina casera de siempre en el centro de Barcelona.

El local tiene una terraza al aire libre y también es a tocar de la plaza de Cataluña, entre Ciutat Vella y el Ensanche de Barcelona. Dispone de un espacio privado para encuentros de grupo y celebraciones.

Y si se atraviesa Ciutat Vella y la Rambla se llega a Cullera – Rambla, situado entre el emblemático mercado de la Boqueria y el Gran Teatro del Liceo. Es un espacio cálido y acogedor que recupera el ambiente de los antiguos cafés de la Rambla.