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Todo el mundo a comer buñuelos!

Son la come de Cuaresma: te decimos qué encontrarás este año y te damos la receta de los brunyols de l'Empordà

friendo buñuelos empordà

friendo buñuelos empordà

Ya es aquí la Cuaresma, periodo de ayuno y abstinencia. Pero también llega el buñuelo de Cuaresma, que supone una dulce antítesis a todo el que se ha dicho anteriormente.

Es cierto que el buñuelo no tiene ni la apariencia de las mones de Pascua, ni la ornamentación de los tortells de Reyes ni la consistencia de las cocas de San Juan. Precisamente, su aspecto discreto es uno de los motivos que lo hicieron tan popular en una época en la cual los excesos no estaban muy ver y se consumían los buñuelos para hacer menos llevar el periodo de siete semanas que dura la Cuaresma.

A pesar de que se pueden consumir a lo largo del año, ahora es la época en que estas pequeñas delicias fritas que llenan de deleite los más llépols de la casa acontecen las protagonistas de las pastelerías y las panaderías. Las cifras hablan por sí suelas: el Gremio de Pastelería de Barcelona prevé que este año se venderán unos 50.000 kg de buñuelos a lo largo de las siete semanas que dura la Cuaresma, con un precio aproximado que oscila entre los 24 y los 49 € el kilo.

Fáciles de preparar y todavía más fáciles de consumir, puesto que desaparecen rápidamente de las pastelerías y de los platos, los buñuelos están hechos, en buena parte, con ingredientes "de poca monta": harina, agua o leche, sal, huevos, azúcar, limón, aceite de oliva o mantequilla, quitado, grasa de cerdo… y, está claro, también se usan ingredientes que le dan un toque especial: matafaluga y anís o garnatxa (propios de los brunyols de l'Empordà).

Buñuelos de viento o brunyols de l'Empordà?

Los buñuelos de viento o caragirats son una variedad tradicional que se caracteriza para tener una demasiada mucho flonja. Esto se debe de al hecho que a la hora de freírlos, se hinchan. Tradicionalmente se venden a las pastelerías los miércoles y viernes durante la Cuaresma, y su forma redondeada y vacía por dentro hace que sean ideales para rellenarlos.

En cambio, los brunyols de l'Empordà son famosos para incluir más ingredientes, por ejemplo las sustancias aromáticas. Son más densos y tienen el característico agujero en medio, hecho que los da un aspecto como de rosquilla.

Sea del tipo que sea, el buñuelo se acostumbra a comer solo, a pesar de que a menudo se rellenan de crema o trufa. Sin embargo, las posibilidades de innovar pueden ir más allá. Siempre se puede probar de innovar y hacerlos en casa con otros rellenados como la nata, o atreverse con un relleno de cabello de ángel o de mermelada, por ejemplo. Aun así, unos buñuelos de calabaza, de manzana, de chocolate o acompañados de algún tipo de salsa dulce tampoco pintan nada mal. Esto ya queda a criterio y gusto personal de cada cual.

Si no se compran, siempre queda la opción de aprender a prepararlos. El cercano 23 de febrero se organiza el taller 'Buñuelos de Cuaresma' al Centro Cívico El Surtidor de Barcelona, donde se puede aprender a hacer tanto los buñuelos de l'Empordà como los de viento.

A pesar de que por suerte parte de la tradición ha cambiado y ahora la Cuaresma ya no está caracterizada por la penitencia y la represión a la hora de comer, se tiene que ser consciente que los buñuelos se tienen que consumir en el marco de una dieta equilibrada; tienen una cantidad elevada de grasa y de azúcares. Sin embargo, siempre con moderación, los buñuelos están más que permitidos. Ya sean comprados o preparados por nosotros mismos, damos la bienvenida a los buñuelos.

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