En cuanto al nombre del establecimiento barcelonés, los rumores siempre han explicado que fue el pintor Ramon Casas quién lo eligió involuntariamente cuando, recomendándole a su amigo que no abriera un restaurante, le dijo "no vendrán ni cuatro gatos". No sabemos si los rumores son ciertos o no, pero el nombre de este local todavía lo hace más original para quien se lo encuentra de repente cuando pasea por las calles del cercando del Portal de Àngel.
Un símbolo de la ciudad
Con los años, 4 Gatos pasó de ser una simple tasca a un espacio cultural, artístico e intelectual; de hecho, todavía ahora podemos saborear esta época en todas sus paredes y rincones. A pesar de su éxito entre el público, el negocio no funcionaba y tuvo que cerrar de 1903 a 1970. Aún así, en 2015 fue declarado establecimiento emblemático de Barcelona.
A lo largo de su historia, sus propietarios han luchado para conservar el espacio y la memoria local del restaurante, y por eso hoy en día los resultados continúan siendo satisfactorios. Después de 119 años de vida, 4 Gatos se mantiene como referente cultural e histórico de la ciudad, y, todavía ahora, se trata de un espacio visitado por grandes personalidades del mundo del arte y las letras. Sin duda, es todo un icono de la Barcelona modernista y contemporánea.
