Caldo: sencillo, saludable y versátil

Puede ser un plato por sí mismo o bien el secreto escondido en un suculento guiso

19/01/2017
01 Caldo

Caldo

Allí donde vayamos seguro que lo encontramos como plato perteneciente a la gastronomía del lugar. Y es que el caldo es común en la cocina de todas las culturas del mundo, y adopta una infinidad de variedades. Se dice que el origen de este plato nace en la cocina de aprovechamiento, cuando nuestros antepasados usaban el agua hirviendo para ablandar los alimentos más duros, los que no se podían masticar crudos. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que el agua que resultaba adquiría el sabor de los alimentos y se quedaba la mayor parte de los nutrientes.

02 Propiedades del caldo

Propiedades del caldo

Bueno para el cuerpo y la mente

El caldo contiene un 90 % de agua, y, por este motivo, es un hidratante excelente y nos ayuda a consumir los litros diarios recomendados por los especialistas. Además, dado que se toma muy caliente, tiene un efecto calorífico para el cuerpo. Pero, a pesar de que creáis que el caldo es prácticamente agua, también aporta otros beneficios para el organismo. Dependiendo de los ingredientes que se hayan elegido, el caldo tendrá unas propiedades u otras.

Si se han elegido principalmente vegetales y otros ingredientes bajos en grasa como algas o espinas de pescado, el caldo os irá perfecto por remineralizar el cuerpo. Se podrá tomar como entrante.

Si añadís al agua apio, ajo, pimienta, jengibre, canela... fortaleceréis el sistema inmunitario, ideal después de un día frío y lluvioso. Y si además os gusta poner cebolla, potenciará la sensación de calma y armonía.

También se puede potenciar el efecto depurativo del caldo añadiendo ingredientes como hinojo, apio, manzana, algas 'kombu' o 'wakame'.

03 Clases de caldos

Clases de caldos

Para todos los gustos

Para preparar el caldo no hay ningún secreto. Se trata de coger una olla grande, verter agua fría en abundancia y, a continuación, los ingredientes que dan sustancia y gusto. Entonces ya se puede poner a fuego lento y, después de unas cuantas horas de cocción, ya estará listo.

Si lo que queréis es obtener un caldo vegetal, al agua se deberán echar verduras y hortalizas como el apio, la zanahoria, el puerro... pero también patata, tomate y cebolla. Hay que dejarlo cocer durante media hora, ¡y veréis que bueno que queda!

Si se prefiere un caldo de carne, también tenéis que ponerle las carcasas de pollo, huesos, recortes, jamón... y la cocción tendrá que durar un par de horas. Cuidado, que la carne suelta grasa cuando se cuece, y para evitar que quede un caldo demasiado grasiento hay que ir sacando la capa de grasa que queda flotando en la superficie.

Si lo que más os gusta es el sabor a pescado, poned a hervir con el agua restos de pescado como cabezas, espinas... junto con algunas verduras, y dejadlo durante unos 20-30 minutos.

De entre todas estas variedades de caldo, para que sea saludable no puede contener más del 30-35% de las calorías que consumimos diariamente.

04 Un universo de caldos

Un universo de caldos

Un universo caldoso

Y una vez tenemos el caldo, ¿cómo lo tomamos? Un vasito antes de las comidas muy caliente es una de las opciones. También podemos añadir arroz, fideos u otros tipos de pasta y obtendremos una sopa. O lo usamos como base de una gran variedad de platos: cremas de verduras, potajes, guisados, estofados y salsas...

© Som * La cultura de tots. Todos los derechos reservados. C/ Premià, 15. 2a planta. 08014. Barcelona.

Con la colaboración de: