El pasillo por donde se accede al nuevo local de Rafa Zafra a Barcelona está flanqueado, por la banda derecha, por unas vitrinas que exhiben las joyas del restaurante: el producto excepcional con que elabora sus recetas el chef sevillano, que también es al frente del Estimar, en la ciudad condal y a Madrid, y de Casa Jondal, en Ibiza.
Abierto a finales de abril, el nuevo restaurante gastronómico del Palace Barcelona, el cinco estrellas más antiguo de la capital catalana, quiere "aportar una cocina honesta, basada en la calidad del producto, apostando por la casualización del lujo en un entorno único y elegante", en palabras de Zafra. La carta de Amar Barcelona muestra la pasión por los productos del mar de este cocinero sevillano que profesionalmente explotó al Hacienda Benazuza de los Adrià. Además de sus productos fetiche, cómo el caviar (sublime, la tostada de pan de brioche, mantequilla y caviar) y las ostras, también hace guiños continuos a clásicos que formaron la carta del Ritz de Barcelona –como la langosta a la cardenale–, a la cocina tradicional catalana –cómo los buñuelos de bacalao o unas mantegoses judías de Santa Pau con atún y tocino–, a los hermanos Adrià –en el carpaccio de cigala, homenaje a Lo Hierva 1995– y a la técnica de la brasa (qué gambas de Rosas XXL!).
A la hora de los postres, con la chef pastelera Cristina Ramón, busca recuperar los sabores clásicos de la infancia, a pesar de que hace cocciones más cortas y rebaja el azúcar para obtener texturas más ligeras. La tostada de Santa Teresa XXL con helado de su embebido y el pastel de queso tibio son de traca. El equipo va rodado: tanto el chef, Gonzalo Hernández, y el segundo de cocina, Víctor García, cómo Pablo Wübbe, a la sala, hace casi una década que trabajan con Zafra (en Estimar, Tickets, Heart y Cala Jondal).
