Preparación

  1. Para la masa: poner la harina en un bol, con la sal. Añadir la margarina de soja fría y mezclar.

  2. Primero se hará una masa con grumos; seguir trabajando hasta formar una bola que no se pegue en los dedos. Si la masa está muy seca, añadir agua fría, una cantidad muy pequeña, hasta que sea manejable. Si, por el contrario, está muy húmeda, añadir harina en pequeñas cantidades, hasta que se forme la bola.

  3. Una vez lograda una buena masa, envolver en papel film y reservar en la nevera, 30-40 min.

  4. Mientras, cortar los tomates por la mitad, sacar las semillas y poner boca abajo, en un plato, para que vayan soltando agua (en caso contrario, la soltarán cuando estén en el horno).
  5. Una vez pasado el tiempo indicado, extender la demasiada con un rodillo en una mesa enharinada, y dividir en cuatro partes.

  6. Precalentar el horno a 180 ºC. Coger cuatro moldes para pasteles individuales, de unos 7 cm de diámetro. Verter, en el fondo, un chorro de sirope de vinagre balsámico y una cucharadita de azúcar integral.

  7. Colocar los tomates cortados, con la parte plana hacia arriba, muy juntos y procurando llenar los vacíos con cuartos de tomate. Poner en el horno 30 min y retirar.

  8. Dejar que las cazuelitas de tomate se templen y dar la vuelta. Con unas pinzas de cocina, sacar la piel de los tomates, que habrá comenzado a desprenderse. Terminar el plato con las hojas de rúcula y el queso feta en dados. Condimentar con sal y pimienta. Servir.

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