Con la llegada del verano, Bardot ha sumado la terraza a la barra y la sala con que seduce los comensales. A los tres espacios se pueden saborear tapas como el pop a la brava, las croquetas de la abuela, los buñuelos de bacalao, la coca de sardina ahumada, los mejillones del día o las garotes con espuma trufada, entre otros platos para compartir. La carta para entablarse continúa con platos de cuchara como el risotto de flor de calabacín, trufa y camembert de Normandía o el arroz de pescadores; las vieires con chimichurri de wakame o el tataki de atún con emulsión de cerezas, entre otras propuestas de pescado, mientras que de las carnes destacan el garrinet crujiente con dàtils y aire de romero, el ossobuco o el 'txuletón'. Los huevos también están presentes, con caviar o foie, y la apuesta más arriesgada de la carta es un plato de tomates. Nada más que tomates de la Boqueria, con un rayo de aceite y un poco de sal, seleccionados para saborear el buen gusto de una de las hortalizas más deliciosas cuando es de primera.
La creatividad, las influencias argentinas y orientales y la adecuación al producto de temporada también son características de la carta de postres, en que por encima de todo sobresale el pastel de queso.
