Este contenido ha sido traducido automáticamente.

Can Fabes apaga los fogones

La última cena transcurrirá con total normalidad

Can Fabes

Can Fabes

La sala estará llena, como a los mejores tiempos, pero la tristeza sobrevolará el ambiente. Mañana, sábado, Can Fabes sirve la última comida. Un servicio en que clientes de toda la vida y otros que aterrizarán por primera vez, quizás sin saber que los fogones de Can Fabes se apagan, disfrutarán del menú de temporada o del sorprendida, según preferencias, con la esperanza que no sea definitivamente el último. "Durante el mes de septiembre continuaremos manteniendo conversas para encontrar un comprador. No dejaremos de intentarlo", indica Regina Santamaria, responsable del establecimiento desde la muerte de su padre.

"Es llevar, pero hemos tomado la decisión de manera muy consciente", añade. Can Fabes fue el fruto de la dedicación apasionada de Santamaria. Y con la desaparición del cocinero, el febrero de 2011, mantener la estructura no ha sido fácil. "Toda la actividad de mi padre contribuía a hacer funcionar el restaurante", explica Regina, porque el establecimiento de Sant Celoni era el que empujaba el chef a abrir restaurantes a otros lugares del mundo, a pronunciar conferencias donde lo requirieran y a escribir textos y artículos para dar a conocer una manera de entender la cocina catalana muy particular.

Las tres estrellas que Can Fabes logró y mantener mientras Santamaria era el titular (1988, 1990 y 1994) empezaron a apagarse con su ausencia. El fichaje de Xavier Pellicer, reconocido por el trabajo al frente del Ábaco, no fue suficiente para conservar un estatus y unos costes que, con la crisis económica, se agravaron.

A pesar de la melancolia, la cena de mañana transcurrirá con total normalidad. A Can Fabes y al Elementos 4_12, el restaurante con el sello Santamaria abierto a un público más asequible, que también se despedirá.

© Som * La cultura de tots. Todos los derechos reservados. C/ Premià, 15. 2a planta. 08014. Barcelona.

Con la colaboración de: