El día 16 de enero se celebra el día internacional de la croqueta y no es para menos, puesto que estamos ante uno de los platos más tradicionales de la gastronomía española. El 2020 se cerró con un aumento del 9'4% de su consumo y un valor total de 14.691 toneladas. Unas cifras de una magnitud monstruosa.
Y es que las croquetas siguen siendo un plato fantástico en las cenas familiares y con amigos. Adaptables, versátiles, se encuentran una infinidad de variedades que pueden conjuntar perfectamente con los gustos de cada cual. Este también ha sido el secreto de cara a su constante crecimiento, innovar y encontrar gustos que se ajusten en las nuevas demandas de los consumidores. En los últimos tiempos se ha incrementado exponencialmente la oferta vegetal y nuevos productos 'plant-based' se han unido a las ya tradicionales -también empezaron siendo una novedad en su día- croquetas de queso de cabra, setas, espinacas, verduras, bacalao, chipirones o fusiones como pollo y curry o las de gin-tonic.
En este sentido, Álvaro Aguilar, secretario general de La Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados (ASEFAPRE), destacaba el amplio repertorio de posibilidades que el sector ofrece así como la capacidad de adaptación a la constante evolución de las demandas y necesidades (productos sin lactosa o gluten por ejemplo también) de los clientes.