La Barceloneta recupera y pone al día las tapas de siempre en un establecimiento nuevo
Los calamares a la romana, ligeros y sabrosos
Uno de los platos estrella, la caballa en escabeche de naranja
Los responsables del Òstia
La bomba de carne, las croquetas, los buñuelos de bacalao o los calamares de la Pepi eran famosos en la Barceloneta hace 40 años. Pero la familia fundadora de La Bombilla abandonó los fogones hace más de 30 años y las nuevas generaciones de gurmets de tasca se han quedado sin probarlo. Hasta el 1 de agosto del año pasado, en que el hijo pequeño de la Pepi, Jaume Muedra, volvió a Barcelona después de unos años en Madrid vinculado a la banca y puso en marcha La Òstia. En compañía del cocinero Sebas Matarrodona, ha recuperado la cocina materna y ha introducido platos más modernos para satisfacer todos los paladares.
Y lo han conseguido. Barceloneses, catalanes y extranjeros prueban los platos y vuelven al Òstia, una tasca acogedora para compartir tapas en buena compañía. Para los más rápidos hay una barra ancha y cómoda, y para los que prefieren entablarse, tres comedores y una terraza resuelven las comidas sin prisas. A la hora de pedir se pueden escoger desde las tapas de siempre hasta los platillos más actuales, como la hamburguesa de buey y ternera, Parmentier con foie o el tártaro de atún y huevos de salmón con aguacate. Todo comprado al día y hecho en casa. Nada de ingredientes precocinados o envasados, a la cocina de La Òstia los platos se elaboran al momento, con algunas excepciones, como las anchoas o la caballa en escabeche de naranja, imprescindible.
Los fritos son calientes, crujientes y ligeros; la ensaladilla rusa es sabrosa, con las verduras cortadas a mano y la patata muy entera; la cola de buey es melosa y se deshace a la boca; el crujiente de garrinet reproduce muy bien el nombre; las setas saltadas con yema de huevo son un bocado de bosque, y las albóndigas de calamar superan cualquier pelota de carne. La oferta de postres es más reducida, pero no faltan la crema catalana de la madre o el brownie, omnipresente a la mayoría de cartas de todas partes.
El trato es amable y atento y la relación calidad-precio, proporcionada.
* El Òstia. Plaza de la Barceloneta, 1-3. Barcelona. Tel. 93 221 47 58