Este y oeste del Mediterráneo se encuentran a Ornina
Una princesa saudí abre un restaurante en Barcelona que combina la cocina europea con la libanesa
restaurando ornina
La gastronomía libanesa, una de las más ricas del Mediterráneo oriental, se viste de gala en Barcelona con la apertura del restaurante Ornina. Si hasta ahora la ciudad ha acogido con éxito numerosos restaurantes informales y de cocina más bien rápida del Próximo Oriente, la propuesta de Ornina es una apuesta por la clase, la exquisidesa y el confort.
El cosmopolitismo que muchos extranjeros aprecian en la capital catalana ha sido el argumento porque una princesa saudí decidiera invertir en el restaurante. Para hacerlo, se ha nutrido de dos chefs —un catalán y un libanés— con la intención de ofrecer una carta que explora una combinación todavía poco explotada a la ciudad: el eje transversal del Mediterráneo.
Para empezar, unas 'mezze' frías de primera (con hummus, mutàbal, 'labneh' y tagín de atún), rotllets de queso de cabra y menta con salsa de xili dulce; alcachofa frita, huevo escumat, burra y parmesà; cebiche de pop con olivas de Kalamata y judías de Santa Pau; vichyssoise con aceite de albahaca y crujiente de langostinos o risotto de setas y espárragos verdes con virutas de parmesà.
De segundo, carnes y pescados a voluntad: costelletes de cordero con arroz libanés y verduretes; tagliatelle de calamares con carbonara de setas y aceite de trufa blanca; lubina crujiente con alcachofas y berberechos; tagín de cordero con especies dulces y frutos secos, o hamburguesa de pato con especies orientales y quètxup casero.
Las raciones, más que correctas, todavía dejan espacio para probar alguna de los postres: sopa de chocolate blanco con helado de canela; arroz con leche de coco, mango y sorbo de piña, o helado de vainilla Bourbon con cacahuetes y caramelo. Y, para acompañar las comidas, carta de vinos, de aguas y de champanes.
Todo ello se sirve en una sala de ambiente cálido, con sofás llenos de almohadas, butacas y luz indirecta que consigue el equilibrio entre el diseño minimalista y la tendencia más bien barroca del interiorismo de raíces árabes. Quién lo desee puede empezar la experiencia con un aperitivo al lounge de la entrada, junto a un hogar de fuego, que también puede acontecer una sala de té o el espacio para la última copa. Los más exquisitos pueden alquilar el music club, una sala que recrea los míticos espacios de música en directo de los años 50 donde la noche se alarga junto a una melodía y una dosis de alcohol.
Ornina, diosa de la música en la cultura árabe, también cuenta con una terraza que en verano hará pasar un rato muy entretenido a más de un comensal.
* Horario: de lunes a sábado de 13 a 15.30 h y de 20.30 a 23 h