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Jordi Puig: "La sociedad urbana en que vivimos está totalmente desconectada de su entorno"
Jordi Puig: "La sociedad urbana en que vivimos está totalmente desconectada de su entorno"
Conversamos con el autor del libro 'El huerto del segundo origen'
Traída Huerto del Segundo Origen
Jordi Puig es labrador y compilación en este libro su visión del campo catalán. Un volumen con vocación de manual, que explica como la horticultura, la fructicultura y la cría de animales que hacían nuestros abuelos, con los conocimientos y las técnicas modernas, pueden ser un tesoro que ayude a alimentar las generaciones futuras de una manera sana y respetuosa con el entorno.
Por qué es importante recuperar las variedades locales? Durante los 10.000 años que hace que el hombre es agricultor, se han ido seleccionado una infinidad de variedades locales en función del clima, de las necesidades o voluntades alimentarias, pero, siempre, en un contexto de escasez de agua de capacidad de fertilización. Por lo tanto, la mayor parte de estas variedades tienen una genética enfocada a obtener los mayores rendimientos nutritivos para las personas con el menor gasto de recursos.
Desde mi punto de vista, este es el principal argumento para conservar este patrimonio genético que, en los últimos 60 años, hemos derrochado en más de un 80% a escala global. Por otro lado, también, es muy importante conservar no sólo la semilla sino, también, todo el conocimiento asociado a la variedad (técnicas de cultivo, conservación, cocina, propiedades –incluso, aplicaciones médicas-...).
En que ha afectado más el cambio climático en el trabajo del labrador? El cambio climático es un subproducto ambiental, climático, del modelo de sociedad posmoderno en que vivimos. La anomalía climática que, ahora sí, ya no tenemos dudas de atribuir a nuestra actividad, afecta directamente los calendarios de siembra de las variedades, reduce la disponibilidad de agua para los cultivos, incrementa el estrés hídrico por golpes de calor y, el peor, se está producido a un ritmo tan rápido que no permite la adaptación de la mayoría de las variedades. Por lo tanto, el cambio de manejo y la sustitución de algunas variedades se impondrá a lo largo de los próximos años.
Somos bastante conscientes, en general, de la situación medioambiental y los problemas que comporta? Evidentemente que no. La sociedad urbana, globalmente ultraconnectada, en que vivimos está totalmente desconectada de su entorno y de los problemas que le son inherentes. Para muchos de nosotros es evidente que abriendo el grifo saldrá agua, que yendo al supermercado siempre habrá alimentos para proveernos o energía disponible y trueque para hacer el que hagamos. Pero, esta asociación tan simplista implica, muchas veces un consumo exagerado de recursos que es la fuente de muchos de nuestros problemas ambientales. Ser más conscientes del valor que tienen los recursos que consumimos es el primer paso para cambiar la dinámica de menysteniment y afectación al medio ambiente.
Se puede alimentar una población como la nuestra siendo respetuosos a la vez con el medio ambiente? Rotundamente, sí. El hambre en el mundo se produce por otros factores que no tienen nada que ver con la capacidad de producir alimentos. Algunos de ellos son los biocombustibles, el modelo alimentario basado en proteína animal...
A lo largo de los últimos diez años, he podido constatar que la producción hortícola en ecológico y con variedades locales puede ser, en el caso de mi explotación, un 18% inferior si se hace el cómputo cultivo a cultivo y comparado con la horticultura convencional. Por lo tanto, querría decir que, sobre el papel necesitaríamos un 20% más de superficie, para alimentar la humanidad con este nuevo modelo.
Con sólo una pequeña parte de las tierras que ahora se dedican para alimentar ganado (el índice mediano de transformación de energía vegetal a animal no llega al 30%), podríamos tranquilamente alimentarnos de manera más saludable y cambiante parte de las proteínas animales por las vegetales, de entrada, más saludables.
Toda la agricultura que prescinde de pesticidas y productos químicos es automáticamente ecológica? Toda la agricultura que prescinde de pesticidas y productos químicos de síntesis y fertiliza con adobos orgánicos puede recibir el sello que la certifica como ecológica. Ahora bien, no quiere decir que sea sostenible!
Mucha parte de los invernaderos del quitando sur peninsular se están reconvirtiendo en ecológicos, debido a la presión de los mercados del centro y norte de Europa, pero sólo han hecho que sustituir unos insums por otros. Aún así, el modelo productivo y social asociado continúa siendo catastrófico a nivel global (consumos exagerados de energía y energía, explotación laboral...).
Por lo tanto, una sustitución de productos es sólo la primera pieza para llegar a una agricultura que mire de cerrar los ciclos energéticos y de materiales, que sea cercana a los consumidores, que integre la protección del entorno y de las especies naturales y cultivadas como un factor positivo y no negativo...
Qué puede mejorar de la horticultura del pasado con los conocimientos que tenemos hoy? A lo largo de los últimos diez años, he entrevistado más de un centenar de labradores de avanzada edad y he podido ver que la agricultura que se realizaba hace 60 años, en algunos aspectos, era más precisa, adaptada y con más conocimiento de causa que el actual. Uno de los casos paradigmáticos fue un hortelano que prácticamente no sabía escribir pero tenía el conocimiento más basto y profundo sobre horticultura que nunca he visto. Era capaz de establecer un diálogo con sus vegetales que lo traía a entender qué necesitaban y, con los mínimos recursos, extraer producciones mayúsculas.
Hoy pasa todo al contrario, el conocimiento se ha dejado en manso de terceros; muchos trabajadores del campo han pasado a ser simples autómatas teledirigidos por las órdenes de la tecnología y se produce gracias a cantidades ingentes de energía y de recursos.
Pero que pasará cuando la energía sea muy cara, el agua escasa y el conocimiento ancestral y las variedades locales desaparecidas...? Hace falta, pues, combinar el potente músculo tecnológico que hemos desarrollado con el sentido común, la practicitat y la visión de recursos limitados que siempre habían tenido nuestros ancestros.
El huerto del segundo origen Ed. Barcino. 348 pàgs. 34 €.