Desde buena mañana y hasta el anochecer es un espacio para hacer un bocado con garantía de calidad y buen sabor
restaurando la criolla bcn
Almuerzos, aperitivos, comidas, meriendas, pastas y bocadillos para llevarse, cafés de trabajo, encuentros informales, lectura de los diarios haciendo un bocado a la terraza... Todo se vale y todo es posible a La Criolla, incluso una presentación de biquinis. Es uno de los últimos establecimientos a sumarse a la oferta gastronómica de Barcelona, que el último año ha visto como el abanico de restaurantes y cafés no ha parado de crecer.
Cutxo Suniaga es el alma de este local diáfano, cálido, moderno y con cocina a la vista donde la pastelería tiene un papel destacado. Porque tanto él como su socia se han formado como pasteleros, a pesar de que también se salen muy bien con el recetario salado. El objetivo del establecimiento es llenar cada día y a cualquier hora; sin prisas, con una carta sabrosa, equilibrada y moderna sin excentricidades. Desde los fogones cada día se propone un plato diferente, que se puede combinar con una sopa y unos postres para obtener un menú muy completo o bien escoger entre las diversas ensaladas, bocadillos y otros comes frescas que preparan para la ocasión.
"La madre tenía que trabajar y no podía estar en casa para hacernos la comida. Pero nos lo dejaba todo a punto porque nos lo hiciéramos nosotros", recuerda en Cutxo, ingeniero venezolano establecido en la Ciutat Condal desde hace unos años. Así se familiarizó con los fogones y las cocciones, hasta que ha hecho su oficio. Cuscús con pollo, sopa de hinojo, quiche de guisantes, crema de berenjena, lasanya boloñesa o coca de trempó son algunos de los platos que han servido durante el primer mes de vida, con pasteles de cítricos, frutas rojas, chocolate y otros como colofón. Todo hecho a la cocina de La Criolla, del día y con productos de temporada y de proximidad. Se puede pedir algo más?