Mozzarella catalana de búfala con aires ampurdaneses
Se puede encontrar a carnicerías y tiendas de las comarcas gerundenses, establecimientos de Barcelona y de la Cataluña norteña
mozzarella
Ser labrador es una profesión que requiere paciencia, pero sobre todo, ambición y fidelidad. Luciera Montón, de Palau-saverdera (Alt Empordà), no quería dejar su granja a pesar de que las vacas ya no le salían rentables. Es por este motivo que las cambió por unas búfales de Bulgaria e Italia —tienen, pero, raíces asiáticas— que actualmente producen 2.000 l de leche diarios. Con estos resultados ha decidido elaborar los primeros 800 paquetes de mozzarella catalana.
Varios viajes para conocer la realidad del trabajo de las granjas en Italia le dieron la visión de cómo podía poner en marcha su negocio. Empezó con 50 búfales y actualmente tiene 1.200, que pacen a las fincas que tiene en palacio-saverdera, Sant Pere Pescador y el Port de la Selva.
Hasta ahora se trataba de un producto que se importaba del extranjero, y es aquí donde Montón encontró el vacío de producción autóctona. La mozzarella se hace de manera artesana gracias a los 15 trabajadores que lo elaboran, siguiendo el procedimiento de pasteurización de la leche que cuaja durante ocho horas.
Cada paquete es de 250 g y se prevé que a finales de año se puedan hacer 1.000 kg diarios, el equivalente a unos 4.000 paquetes. El precio del paquete oscila entre los 2,50 y 2,70 €.