Ahora, algo más tarde del que esperaban, puesto que el fotógrafo se quiso esperar que hubiera alguna nevada para acabar de plasmar los matices de las cuatro estaciones, presentan el trabajo "Segura Viudas. Un año con Oriol Alamany". A través de la lente de su cámara, el cronista visual ha sabido jugar con la esencia y el color del terreno. Las estudiadas composiciones y las luces llenas de matices son los distintivos característicos que ha aportado el fotógrafo y que han conseguido una visión única del paisaje.
Las cosechas, los pájaros, flores y frutos, así como pequeños lugares paradisíacs escondidos entre la vegetación del Heredado han sido los objetivos más fotografiados, aunque el juego de iluminación, los colores y las texturas también tienen mucho protagonismo a las capturas. Al fotógrafo le sorprendió encontrar algunas orquídeas del Mediterráneo, y, como amante de los pájaros, quedó fascinado con las diferentes especies de pájaros que conviven con las cosechas, sobre todo el pájaro carpintero europeo.
Esperando la nieve
Después de un año trabajando y de haber captado las singularidades de todas las estaciones, Oriol Alamany quiso esperar que la nieve llegara al Penedès. Finalmente, el fotógrafo se vio recompensado porque se dio cuenta que el paisaje que había sido fotografiando durante tanto de tiempo cambiaba drásticamente con la nieve encima: las líneas de las viñas estaban mucho más marcadas, los árboles combinaban sus colores con el blanco, los animales se comportaban de una manera diferente... En definitiva, la nieve le ofreció nuevas perspectivas y visiones para finalizar el recorrido de una forma más completa.
Al acabar este trabajo, el fotógrafo asegura que el Heredado es un lugar muy muy preservado y que tiene una gran conciencia de mantener el entorno natural del terreno combinado con un trabajo productivo a las viñas.
