De pollo, de asado o de salmón con membrillo. Las croquetas son uno de los platos más nostrats. Aquí tenéis unas cuántas curiosidades y consejos, de la mano del chef Nandu Jubany y la periodista Laura Conde.
¿Cuál fue la primera croqueta?
La primera constancia escrita que se tiene de la croqueta la dejó el cocinero del rey Lluís XIV, que creó una bola de trufa con lletó de ave y crema de queso. Ahora bien, no fue hasta la segunda mitad del siglo XIX que se tuvo constancia de su existencia a casa nuestra. Y, como ya sabemos, pasó a ser el plato de reaprofitament por excelencia, sencillo, nutritivo, saciant y, sobre todo, económico.
¿Cuáles son más populares?
De croquetas hay de muchos tipos: de pato, de salmón, dulces… Eso sí, las más populares y consumidas son, con diferencia, las clásicas: de jamón de bellota, de pollo y de carne de olla.
¿Cuál es el secreto de una buena croqueta?
Parece un tópico, pero en el caso de las croquetas el que marca la diferencia es hacerlas con un producto de primera. Explica Nandu Jubany que ellos "usan una buena leche fresca, mantequilla Cadí, un pan tachado de pan de labrador que nos hacen especialmente para nosotros, un buen tocino de cerdo Duroc, un pollo de labrador que asamos diariamente, buen aceite de oliva virgen que cambiamos cada día… ". Con esto, asegura, es imposible fallar.
Cómo se tienen que freír?
Si el secreto de la pizza es la demasiada, el de las croquetas es, como decíamos antes, utilizar buenos productos y freírlas bien. Es muy importante hacerlo siempre con el aceite muy caliente y que quede completamente sumergida. La temperatura del aceite tiene que ser de unos 170 ºC. Si no tenemos fregidora, la mejor opción es hacerlas en un cazo y freírlas de tres en tres porque si introducimos más, la temperatura del aceite bajará y las croquetas ya no quedarán crujientes.
Somos el único país que hace croquetas?
Hay muchos países que tienen variantes de las croquetas, que, más allá del 'naming' (¿son o no son realmente croquetas?), tienen más o menos la misma función. El falàfel, típico del Próximo Oriente, el India y el Pakistán, es una gran croqueta de garbanzos o de habas que se come con salsa de yogur o tahina. La japonesa 'korokke', por ejemplo, es una bola de carne, marisco o vegetales que se fríe hasta que el exterior acontece del color del chocolate.
