Esta semana, la DO Terra Alta volvió a organizar una cata presencial en Barcelona después de más de año y medio sin poder ofrecer catas a consecuencia de la crisis sanitaria. Lo hizo en el espacio singular del Borne tono Cook con una cata exclusiva guiada por Álvaro Ribalta, el último Master of Wine del Estado, acompañado por los representantes de las bodegas que elaboran los vinos que se probaron durante el encuentro.
La garnatxa blanca, la estrella
Los invitados pudieron descubrir 6 referencias elegidas especialmente por el comité de cata de la DO Terra Alta y entre las mejores valoradas en certámenes internacionales, buscando hacer un recorrido por los vinos que se elaboran bajo el amparo de la DO, así como a través de sus variedades más emblemáticas y su pasado y evolución. Se probaron los siguientes vinos: los monovarietals de garnatxa blanca Panical (de la bodega Arrufí), Adalta blanco 2019 (de Terra Remota), Els Costums (de las Vinyes del Convent) y l'Avi Arrufí 2015 (de la bodega Piñol). Los negros fueron el Señora Carmen 2018 (un monovarietal de garnatxa negra de Vins del Tros) y Selecció Negre (de Edetària, con garnatxa peluda y fina, y carinyena).
12 municipios, 61 bodegas
Este acto se enmarca dentro de la voluntad de la DO Terra Alta de seguir afianzándose cómo una denominación de origen de referencia gracias a unos vinos de calidad que cada año son reconocidos a certámenes de todo el mundo, en especial, gracias a su variedad emblema, la garnatxa blanca. La zona de producción y elaboración de la DO Terra Alta está situada al sur de Cataluña, entre el río Ebro y la frontera con tierras aragonesas, y comprende los 12 terminos municipales de la Terra Alta, una comarca con una tradición milenaria en el mundo de la viticultura. Es una región vitivinícola típicamente mediterránea y es considerada el reino de la garnatxa blanca. Actualmente hay 61 bodegas inscritas en la DO, cifra que va en aumento año tras año.
La DO Terra Alta ofrece unos vinos hasta, distinguidos por su fuerza y carácter. Los blancos son vinos de color pálido, aroma fresco y un paso en boca amplio y equilibrado. Los negros destacan por su carácter mediterráneo, con elevada intensidad colorante y predominio de los aromas de fruta.