Varios obradores catalanes han puesto en marcha la producción de productos alimentarios elaborados con frutos forestales poco habituales como son la endrina, la cereza de madroño, el aglà, el gratacul o la piña verde de pino.
Enmarcada dentro lo proyecte Plantas Olvidadas —impulsada por entidades de investigación como Sambucus, Emys y Eixarcolant, junto con Red para la Conservación de la Natura (XCN) y la Universitat de Barcelona—, la iniciativa fomenta la bioeconomia rural con el objetivo de desarrollar y promover el aprovechamiento de alimentos forestales en desuso.
Nuevas propuestas con plantas olvidadas
En el marco de este proyecto, se han desarrollado más de 125 productos a partir de cinco especies forestales. De entre estos productos, se han seleccionado 30 para escalar y producir de manera piloto. Estos incluyen propuestas que van desde el óleo de piñas o la mermelada de tomate hasta la vinagreta de piña verde de pino, el helado de aglà o la kombutxa de endrina, entre otros.
La selección se ha llevado a cabo a través de la valoración del público general y una tabla de expertos del mundo de la restauración. Además, ha seguido los criterios de viabilidad técnica, potencial comercial y relevancia de revalorització de recursos forestales.
Un modelo colaborativo
Ahora bien, para llevar a cabo la producción y comercialización de los productos, se han establecido acuerdos de colaboración con varios obradores que trabajarán con las referencias seleccionadas adaptando sus procesos a cada ingrediente forestal. Estas colaboraciones se han basado en criterios de calidad, experiencia en la transformación de ingredientes y compromiso con una producción sostenible.
Además de optimizar el proceso de elaboración, los acuerdos contribuyen a fomentar un modelo agroalimentario diverso con la voluntad de trabajar con ingredientes forestales poco habituales. Los obradores seleccionados incluyen nombres como Can Gibert, Eixarcolant, Forn de Jorba, El Redil y Bodevici, entre otros. Cada uno de ellos asume responsabilidades concretas en la producción, mientras que las entidades impulsoras del proyecto se encargan de la investigación y desarrollo, así como del diseño de la marca y la estrategia de distribución.
La producción piloto incluye 500 unidades de cada referencia, para evaluar la viabilidad al mercado durante un periodo de seis meses. Si los resultados son positivos, se prevé una segunda fase con un escalado comercial con un nuevo contrato de colaboración.
Podéis encontrar toda la información en la web de Eixarcolant.
