Entre noviembre y el abril, las reuniones familiares y de amigos (con permiso de virus y pandemias) tienen un denominador común: los calçots. Estas son las herramientas y curiosidades que necesitáis para disfrutar.
Calçots
A pesar de ser un producto estrella en todo el territorio catalán, el calçot tiene su origen al Campo de Tarragona, concretamente en Valls, la única región que cuenta con una Indicación Geográfica Protegida de esta hortaliza. Este sello asegura que estos calçots son de calidad, cultivados y cosechados en la zona que marca la IGP y elaborados por productores catalanes. Aún así en todo el territorio catalán hay muchos productores que no tienen ningún sello y también tienen un producto de calidad extrema, como por ejemplo el Baix Llobregat y Gallegos.
Graella per a calçots
Una parrilla de barbacoa, reversible, es una buena herramienta para ayudaros a cocer los calçots, puesto que los podréis girar fácilmente y estarán en contacto
Calçots embolicats amb paper
Si conserváis la (sana) costumbre de comprar el diario, guardadlo, porque tendréis que envolver los calçots cocidos porque se mantengan calientes y se acaben de cocer bien.
Gente comiendo calçots en Valls
No sabemos cuando se puso de moda el babero para las calçotades, pero se ha convertido en un accesorio que ya forma parte del ritual, o sea que pensad en compraros uno bien grande para no mancharos!
Calçots
En el hipotético caso de que os sobraran... los podéis guardar cocidos a la nevera tal y cómo se hace con la típica escalivada de pimientos y berenjenas. Así cuando lo deseáis, podéis calentarlos al microondas y comerlos como os vengan más de gusto.
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