Últimamente se habla mucho del kéfir por los beneficios que aporta al cuerpo. Se trata de un hongo que se nutre con agua, té o leche, y, con este último ingrediente, se forma un yogur cremoso que se conoce también como kéfir. Es ideal para la cocina, no sólo por sus propiedades, sino también porque es un sustitutivo perfecto de varios productos lácteos:
- Para salsas y cremas: el kéfir aporta una consistencia a las cremas que las vuelve mucho más digestivas y potencia el sabor de las salsas, cosa que ya hemos comprobado con esta salsa griega con kéfir.
- Smoothies y helados: realza el sabor de las frutas en postres líquidos o sólidos, desde magdalenas, pasteles de queso o pannacotes hasta batidos como este con higos y plátano.
- Repostería: todas las recetas que traigan leche, yogur o queso se pueden hacer con kéfir, que dará un sabor ligeramente diferente y aportará una consistencia interesante.
Si cada vez escuchamos hablar más sobre el kéfir es debido a sus propiedades beneficiosas para el organismo. Por eso, no podemos olvidar mencionar estas características:
- Probiótico: se trata de un alimento reconocido por su poder como regenerador de la flora intestinal y estimulante de las defensas naturales.
- Aumenta las defensas: de este modo, nuestro cuerpo se encuentra más preparado ante ataques de virus e infecciones.
- Más digestivo: tiene niveles bajos de lactosa, cosa que favorece la digestión incluso a las personas intolerantes a la lactosa.
- Fuente de calcio: contribuye al mantenimiento de los huesos y los dientes.
