La judía es una planta que proviene de las zonas tropicales de la América del sur y central. Fue a partir del siglo XVI cuando se trajo a Europa y se extendió por todo el mundo. Es una planta de hojas compuestas, con un tallo muy fino y en variedades de crecimiento indeterminado. Su fruto es la vaina, que se puede cosechar tierna para su consumo en fresco, y si se deja madurar podemos cosechar la judía seca. La judía verde se cosecha antes de que la semilla sea demasiado grande y la legumbre demasiado fibrosa.
- Variedades: Hay dos grandes grupos de variedades: las de crecimiento indeterminado, enredaderas, que pueden llegar a crecer hasta 4 metros, y las variedades enanas, de crecimiento determinado, que también se conocen como de mata baja. Las primeras tienen ciclos de cultivo más largos y rinden más, pero pueden invadir nuestro balcón y convertirlo en una selva.
- Propiedades nutricionales: Es una verdura rica en proteínas, fibra, vitamina A, C, E y minerales, como el calcio, el potasio y el hierro. Tiene fama de reducir el colesterol gracias al contenido en fibra soluble y prevenir el cáncer por el contenido en antioxidantes.
- Cultivo: La judía es una planta de clima cálido, de temperaturas suaves y días largos, por lo tanto, de cultivo veraniego. Para las variedades enredaderas, los agricultores hacen estructuras de cañas de 2 m de largo para tutorizar la planta. Es uno planta muy exigente en agua a pesar de que cuando está en floración no le gusta que la rieguen demasiado.
- Punto de maduración: A la hora de elegir las judías tiernas tendremos en cuenta las recomendaciones siguientes: tenemos que vigilar que tengan un color vivo y brillante, sin decoloraciones anormales, una forma regular y que no sean muy duras al tacto. Si acercamos los dos extremos de la vaina, y se dobla sin romperse, quiere decir que no es fresca. Las de mejor calidad son las que tienen semillas poco marcadas.
- Aplicaciones culinarias: En la cocina, hervimos las judías tiernas porque queden tiernas y aptas para el consumo, después de hervirlas se pueden incorporar a otros elaboraciones, o darles otras cocciones, como por ejemplo saltearlas o freírlas, previamente pasadas por tempura. Se suelen acompañar con patata hervida, con jamón, tocino o con salsa de tomate.