Lejos de los tiempos en los que cada labrador tenía su plantel e iba seleccionando los tomates que le gustaban más, el mercado se mueve hoy alrededor de unas cuántas variedades dominantes, cada una por un uso culinario más o menos concreto.
- Montserrat: Es uno de los tomates más sabrosos que podéis encontrar en el mercado y, además de coméroslo aliñado, lo podéis rellenar con lo que queráis. De forma aplanada y con tres, cuatro o cinco cavidades interiores donde se ubican las semillas, la pared exterior se conforma en una serie de costillas longitudinales, a manera de gajos desiguales que, probablemente, justifican el nombre.
- Corazón de buey: Uno de los primeros tomates que encontramos en el mercado cada temporada. Destaca por el sabor, más bien dulce.
- Largo: Tiene poca semilla y es muy sabroso. Lo podéis poner en ensaladas o usarlo para mojar pan.También se denomina tomate italiano o canario. Era el tomate habitual para hacer conservas de tomate, puesto que es casi todo pulpa, con la piel fina y relativamente fácil de sacar.
- Cebrino pera: De sabor dulce y un poco ácido, este tomate es muy adecuado para las ensaladas y para decorar.
- Amarillo cherry: Si valoráis mucho las presentaciones de los platos, esta variedad aportará color.
- Cherry: Es la estrella de las ensaladas desde hace unos cuantos años. Pequeño como una cereza y con dos cavidades para las semillas, es también el resultado de una selección genética. Muy a menudo se integra en los platos de forma meramente ornamental. Se puede encontrar en ramas o sin pedúnculo, normalmente envasado.
- Tomate de colgar: Se diferencia de los otros porque tiene dos cavidades con semillas, el color es más bien pálido y tiene la propiedad de resistir el secado sin pudrirse. Para secarlos, se hacen rastrillas y se cuelgan en un lugar aireado y no muy caliente o se ponen encima de un encañado. Es la variedad de tomate que permite hacer el pan en tomate en mejores condiciones.
