El azafrán es una especia que potencia el sabor de los alimentos, que incluso se ha empleado como sustituto de la sal, enriquece platos de legumbres, guisados de carne y de pescado, arroces e, incluso, postres.
¿Cómo podemos utilizar una especia con un precio tan alto correctamente en la cocina? Después de los consejos que os daremos y saber las cantidades que se tienen que utilizar, ¡quizás no os parecerá tan caro!
- Si lo queréis moler, podéis usar un mortero para triturar las hebras, o incluso triturarlo dentro de un trozo de papel de aluminio, rozándolo con los dedos para romper los pistilos. Es importante hacerlo justo antes de usarlo, para que no pierda sus propiedades.
- Para los guisos de legumbres, carne o pescado se pueden añadir las hebras enteras, o bien molidas, directamente en el caldo de cocción. En comidas para cuatro personas habrá bastante con dos hebras por ración, aproximadamente.
- Para un arroz para cuatro personas basta con un par de hebras por persona. Lo podemos infusionar en el caldo de cocción o incorporarlo al sofrito justo en el momento de echar el arroz. El arroz con azafrán resulta mucho más digestivo, sabroso y suculento.
- Tostar el azafrán multiplica los aromas. Para hacerlo y que no se os queme, podéis hacerlo envolviéndolo con papel de aluminio y calentarlo unos segundos al fuego, o bien cocinarlo quince segundos al microondas. Cuando esté tostado, añadís el contenido del paquete de aluminio en un recipiente donde lo podáis moler o disolver en un líquido. Si probáis de aplicar un poco a los arroces, ¡nunca más usaréis colorante artificial!
