Sandía: cómo diferenciar sus variedades

Es la sandía autóctona, la de toda la vida. La forma esférica, el color verde oscuro casi negro de la piel y una pulpa dulce y de un rojo intenso son sus señas de identidad. También podemos encontrar variedades similares de piel oscura de origen americano, aunque se cultivan desde hace unos cuantos años en todo el Mediterráneo. La variedad más conocida es la llamada comercialmente Sugar Baby.

Tiene la piel jaspeada, de un verde amarilleado con bandas longitudinales más oscuras, y destaca por sus dimensiones. Tiene la pulpa rosada o de color rojo claro y tiene un sabor dulce. No es totalmente esférica y hay algunas alargadas, que son más propias de Sudamérica.

Exteriormente tiene la piel de color verde claro con franjas verde oscuro. Pero si hay algo que diferencia esta sandía de las otras es, sin duda alguna, el color amarillo anaranjado de su pulpa. Se la denomina también sandía 'ananás', puesto que la carne de la piña (o ananás) es de un color parecido. En nuestros lares se conoce desde hace poco y la podemos encontrar esporádicamente en los mercados los meses de junio, julio y agosto. Aunque en Asia es muy popular, aquí tiene poca aceptación, quizás por su rareza y porque tiene poco azúcar y, por lo tanto, no resulta muy sabrosa.

Las frutas y las verduras surgidas de cruces y manipulaciones para evitar las incómodas –para algunos– semillas se han hecho un lugar en nuestros mercados. Las sandías no son una excepción. Exteriormente no hay ninguna diferencia, pero la pulpa es roja y sin semillas. También hay una variedad mini sin semillas, de pequeñas dimensiones –la mitad– y pensada especialmente para uso individual.