Al poco de abrir, la sorpresa del Cruix se encendió cómo la pólvora dentro del circuito gastronómico barcelonés. Un comedor de mesas apretadas donde se servía un menú de degustación de tapas de alto nivel, culminado por arroces inesperados en la ciudad: todo un hito de la 'bistronomia'. Cuatro años después, la propuesta que idearon el chef Miquel Pardo (1989) y su socio en la sala, Carlos Fernández, se ha consolidado cómo una de las más valientes de la ciudad, cómo una democratización real de la alta cocina servida a precios populares. Pardo muestra la experiencia acumulada en los fogones de Jordi Cruz, Rafa Peña, Ricard Camarena y Albert Adrià. No se escapa de la atracción que siente por las cocinas foráneas —especialmente, asiáticas: adapta el 'ssam' tailandés y cuece verduras al tendur indio—, pero el plato fuerte remite a sus orígenes valencianos, a Onda (Plana Baixa): los arroces. Los cuece cómo quién tiene la mano rota, pero también son un campo ideal para dejar correr la creatividad, con aciertos cómo el arroz de lágrima ibérica con berenjena.
Cruix. Entença, 57. Barcelona. Tel. 93 525 23 18. Comidas (de jueves a domingo) y cenas (de miércoles a sábado). Precio: 35 €.