Almejas con alubias del ganxet

Por Benvingut Aligué

Tipo de plato Primeros

Dificultad Media

Tiempo 30

Raciones 4

Sin
gluten Sin
lactosa

Ingredientes

700 g de almejas gallegas finas
500 g de alubias del ganxet Aranca Origen
50 ml de aceite
5 g de ajo (una cucharadita)
5 g de perejil
Perejil
Considerado por los griegos un potente protector contra los venenos —como el ajo y, quizás en el origen, el popular ajo y perejil—, lo popularizó Carlomagno, que ordenó plantarlo en todos sus dominios. No sin tener que vencer los recelos de los que lo consideraban peligroso por los efectos que, decían, podía provocar su mal uso, entre los cuales había la supuesta capacidad abortiva. Un hecho que no ha impedido incorporarlo de manera masiva en platos como el 'tabulé' libanés. A pesar de permitir la congelación directa, sin necesidad de escaldado, su piel fina le hace perder firmeza y presencia, limitando el uso a las cocciones. Por suerte, se conserva fácilmente en un jarrón. O en la nevera, dentro de una bolsa agujereada y manteniendo la humedad. Actualmente, la variedad rizada, menos sabrosa, desplaza la tradicional en las presentaciones.
(una cucharadita)
100 ml de vino blanco

Almejas con alubias del ganxet

700 g de almejas gallegas finas
500 g de alubias del ganxet Aranca Origen
50 ml de aceite
5 g de ajo (una cucharadita)
5 g de perejil
Perejil
Considerado por los griegos un potente protector contra los venenos —como el ajo y, quizás en el origen, el popular ajo y perejil—, lo popularizó Carlomagno, que ordenó plantarlo en todos sus dominios. No sin tener que vencer los recelos de los que lo consideraban peligroso por los efectos que, decían, podía provocar su mal uso, entre los cuales había la supuesta capacidad abortiva. Un hecho que no ha impedido incorporarlo de manera masiva en platos como el 'tabulé' libanés. A pesar de permitir la congelación directa, sin necesidad de escaldado, su piel fina le hace perder firmeza y presencia, limitando el uso a las cocciones. Por suerte, se conserva fácilmente en un jarrón. O en la nevera, dentro de una bolsa agujereada y manteniendo la humedad. Actualmente, la variedad rizada, menos sabrosa, desplaza la tradicional en las presentaciones.
(una cucharadita)
100 ml de vino blanco

En una sartén de la medida de la cantidad de almejas, poner el aceite y la mitad del ajo y perejil con las almejas, y calentarlo todo junto.
Cuando el ajo empiece a cocer, echar el vino blanco y dejarlo evaporar un poco. Añadir las judías cocidas y ligarlo como si fuera un pil-pil. Si falta zumo, añadir un poco de agua (según el zumo, si es más o menos espeso). Tiene que quedar jugoso, pero no claro.
Añadir el resto del perejil y del ajo. Cuando las almejas estén abiertas, sacarlas del fuego para que no se cuezan más. Servirlo muy caliente.