Preparación
- Pelar y picar la cebolla, ahogarla, a fuego lento, en una cazuela con aceite. Antes de que coja color, añadir los pimientos, limpios y a dados de 0,5 cm.
- Añadir el ajo, pelado y picado, y, antes de que coja color, mojarlo con el jerez.
- Dejar que se evapore el alcohol y mezclar el tomate, picado a dados finos. Condimentarlo con el tomillo, el romero y la ajedrea. Mezclar la guindilla, picada fina, y dejarla ahogar a fuego lento hasta que el sofrito esté concentrado.
- Añadir sal, pimienta, azúcar y, si queréis, tabasco. Decantar el sofrito y triturarlo con el túrmix.
- Hacer dados de 0,5 cm del capipota. Mezclarlo con el sofrito y cocerlo a fuego lento.
- Mojarlo con el líquido de cocción del capipota y con la nata. Hacer que arranque el hervor y dejarlo cocer a fuego lento unos minutos. Rectificarlo de sal y pimienta y condimentarlo con perejil picado.
- Si veis que queda demasiado líquido, podéis disolver una punta de agar-agar, para que el preparado coja algo más de consistencia.
- Retirarlo del fuego y dejarlo enfriar.Cuando tenga una consistencia densa, mojarnos las manos y hacer bolas de unos 3 cm. Refrigerarlas.
- Para la tempura: todos los ingredientes tienen que estar muy fríos. Mezclarlo con un batidor manual.
- Pinchar una bola de capipota con una brocheta larga. Pasarla por la tempura y freírla en aceite a alta temperatura.
- Escurrir los cromesqui sobre un papel absorbente antes de servirlos.