1. Calentar el horno a 170 ºC, arriba y abajo.
2. Forrar el fondo y los lados de una cocotte de 14 centímetros con papel de horno y untarlo con un poco de aceite o de mantequilla en espray.
3. Poner un bol al baño María y fundir el chocolate blanco. Una vez fundido, retirarlo del baño María.
4. Añadir el queso y mezclarlo bien, hasta que no quede ningún grumo.
5. Separar las claras de las yemas. Añadir las yemas a la crema y mezclarlo bien.
6. Montar las claras a punto de nieve muy firme. Cuando estén, incorporarlas a la crema. Primero, añadir una tercera parte y mezclarlo con una espátula haciendo movimientos envolventes. Cuando se haya integrado, verter el resto de las claras y mezclarlo suavemente.
7. Verter la masa en la cocotte y hornearla. Dejarla 15 minutos a 170 ºC, después bajar la temperatura a 160 ºC y dejarla 15 minutos más. Finalmente, apagar el horno y dejar el pastel dentro con la puerta cerrada 15 minutos más.
8. Sacarlo del horno, desmoldarlo y dejarlo enfriar sobre una rejilla.

Nota: si no se tiene una cocotte, se puede utilizar como molde cualquier recipiente de 14 centímetros de diámetro que sea apto para el horno.