Marlowe Bar Enrique Marco
En un estante del Marlowe, hay un libro de masías catalanas. Detrás de la barra, existe la figura de un detective, con sombrero y pistola. Dos detalles de la decoración del establecimiento que explican bien qué es este bar. De esta inesperada yuxtaposición sale un proyecto que comenzó hace un año, y que poco a poco, se va adentrando en una coctelería arraigada en el recetario clásico, pero con la voluntad de experimentar con el producto autóctono. Así, el cálculo de la carta que se estrena con el 2019 es de unos 300 km de distancia media de los ingredientes (y muchos son aún más cercanos, pero el jerez inclina la balanza).
También experimentan, pero sutilmente, y siempre al servicio de la copa. Pocos cócteles llevan zumo de limón, sino que se experimenta con otros ácidos y agrios, como el verjus, los vinagres caseros y el ácido láctico. Un bar con una personalidad, que irá calando como la lluvia sobre una ciudad de novela negra.
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L'Amagatall d'en Paco
La palabra speakeasy ha sido usada y abusada. Desde el significado inicial, de bar escondido donde había una palabra de paso para entrar durante la ley seca, ha pasado a designar cualquier bar más o menos camuflado y exclusivo. Pero los speakeasies originales, los auténticos, a menudo eran tan sólo el almacén de atrás de otro negocio, o un local con una discreta entrada lateral. El que os presentamos está escondido (se accede por un callejuelas lateral que es posible que pasar de largo si no os fijáis) y tiene el tamaño de una cajita de zapatos.
Paco Bretau abrió una nueva etapa vital en un local que es la antítesis de lo que hacía en el Slow. De una coctelería barroca y de técnicas vanguardistas, pasa ahora a decantarse por clásicos y neoclásicos, que juegan con la elegancia de mezclas intemporales.
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La Llibreria Enrique Marco
Dicen que una de las grandes virtudes de los bares, igual que de los libros, es que te hacen salir del tiempo y las horas se hacen breves. Esta idea parece haber inspirado La Llibreria, con un espíritu que transporta a una época lejos de los móviles y el ruido, en la cual sentarse con un libro y una buena bebida se percibía como una manera maravillosa de pasar la tarde.
El proyecto, la cara visible del cual es Lluís Enric González Linz, ha arrancado hace poco pero se ha sido gestando desde hace unos cuántos años. En La Llibreria hay más de mil libros de todo tipo para consultar, y más de una sorpresa. La más evidente es, quizás, la colección de garrafas donde se maceren varios destilados con hierbas y especies, y que van variante con los meses. Con los libros, además de jugar con los cócteles de la casa y los clásicos revisitados, irán naciendo una serie de, más que cartas, colecciones de cócteles. La primera a aparecer, con el nombre El espíritu de la damajuana, fuerza al máximo la definición de gintónic.
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Dicen que en épocas complicadas los bares florecen, y que son precisamente los bares y las tascas uno de los anclajes más sólidos de la comunidad. El Muy Buenas, uno de los pocos emblemas modernistas que quedan de cuando el Raval se decía barrio Xino, es una casa de comidas desde el 1928, y ahora resurge como tal, con cocteleria añadida, en un proyecto que mira al pasado y al futuro.
Con el bartender italiano Robert Sapa, están haciendo un trabajo enorme de recuperación de espíritus y licores catalanes. "Lo que hacemos aquí tiene una vertiente histórica y uno de cultural, pero también social. Queremos ser un escaparate de los productos artesanos catalanes y contribuir a que puedan hacerse un lugar al mercado y que los productores no tengan que cambiar de vida." Esta misión limita una carta que irá creciendo según se incorporen nuevas referencias, y a la vez los espolea la creatividad para hacer combinaciones a priori imposibles.
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El Maravillas
Igual que en Superman, el Maravillas escapa a los definicios lógicas, y en un envoltorio de establecimiento por la tarde se esconde una fantástica barra de cócteles.
Detrás hay Miriam Campa, una de los wonder women de la disciplina. Veterana del Tirsa del Hospitalet, donde trabajó catorce años, tiene una filosofía clásica y accesible, pero no por eso menos sofisticada. Desde este rincón de Les Corts, hace un par de años que ha ido abriendo mentes y mercados. "Al principio me pedían sólo gintonics. Primero los ofreces un gin frizz o un gin cooler, y poco a poco son los clientes los que te van pidiendo de probar cosas", explica.
Más de uno ha probado aquí el Manhattan —el cóctel favorito de Campa— por primer vez, o el Vértigo. El Maravillas ha pasado de ser una cocteleria donde no había carta, a un local que la renueva cada temporada
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Milano Cocktail Bar Enrique Marco
Desde que abrió las puertas hace más de 10 años, este subterranio con aires otros tiempos se ha convertido en uno en lo referente a Barcelona, tanto por la programación de conciertos como por los nombres propios que han pasado por su barra. El Milano, speakeasy antes no empezara el hype de los speakeasies, tiene como director Hugo Zambrana, está quí desde el principio y está orgulloso: "Yo siempre digo que el Milano lo hemos hecho todos. Hagamos cócteles clásicos y de creación propia".
Zambrana es autor del cóctel que sirven con el nombre de Magnolia Forever, dedicado a Myriam Swanson, una de las cantantes que más ha actuado en los más de 3.000 conciertos que ha ofrecido el bar.Que sean muchos más!
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