Locos por la mona de Pascua

Os damos cinco apuntes sobre el dulce más esperado de la Semana Santa y la receta para hacer el pastel base clásico

La mona de Pascua clásica

La mona de Pascua clásica

El 18 de abril, Lunes de Pascua, llega el momento de poner en práctica una de las tradiciones más esperadas: los padrinos tienen que entregar la mona a los ahijados. ¡Es la hora de disfrutar de un día muy dulce! Os damos cinco motivos para saborearlo al máximo:

  1. Tradición. A principios de nuestra era, entre los cristianos se extendió la costumbre de bendecir los huevos que se recogían a partir del Miércoles de Ceniza para repartirlos el día de Pascua. Hoy, esta tradición se ha convertido en el día de la mona, el Lunes de Pascua.
  2. Chocolate. Cuando el cacao llegó de América, al siglo XVI, muchas monas incorporaron el chocolate, pero antes eran de bizcocho y huevos duros (uno por cada año que tenía el ahijado, hasta que hacía la comunión).
  3. Más allá. A pesar de que no sea una tradición tan importante, los padrinos de varias zonas de los países catalanes, Aragón y Múrcia también lelvan monas a los ahijados. En el caso murciano y del sur del País Valenciano, las monas son de bizcocho y se llaman 'toñas'.
  4. Decoración. Cuando los huevos duros dieron paso al chocolate, las plumas y los pollitos poblaron las monas, y todavía están presentes, junto a los personajes más de moda de los dibujos animados.
  5. De padrinos a ahijados. Es el padrino o, en su ausencia, el abuelo quien regala la mona al niño. En algunos lugares, el ahijado tiene que cantar una canción si quiere recibirla: "Pascua es hoy, / la mona yo quiero. / Dadme la mano, / que os la quiero besar".

Y, si queréis hacer la mona en casa, empezad por el pastel tradicional. Aquí encontraréis una receta clásica del pastel base para la mona, de Pep Nogué.

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