Restaurant Aligué
Proximidad y temporada son los elementos clave de la oferta gastronómica de este restaurante familiar, en el corazón del Bages, especializado en cocina catalana desde hace más de sesenta años. A pie de carretera, el establecimiento permite hacer un buen almuerzo de tenedor tradicional para despertarse con fuerza y energía. Las opciones son muy variadas: tripa con garbanzos, capipota, bacalao con tomate, morcilla con pan con tomate…
Can Marquès
En el centro de la ciudad y junto al Mercado del León, los productos de mercado (de temporada y de proximidad) son, sin duda, los protagonistas indiscutibles de la carta de Can Marquès, donde no faltan platos tradicionales como el capipota y los pies de cerdo, y carne a la brasa. Si queréis apostar por una de las propuestas estrella de los almuerzos, tenéis que pedir los huevos revueltos con gambas y ajos.
La Manigua
El local, que antes era la sede de la peña del RCD Español, se ha convertido en un bar especializado en almuerzos de tenedor, con platos tan tradicionales como el capipota con garbanzos, el crujiente de conejo con hierbas aromáticas o el mandongo, un guiso a base de carne de cerdo y entrañas cocinado con un sofrito de cebolla bien caramelizado. Una propuesta de platos contundentes para empezar el día con buen pie.
Hostal Jaumet
Cada día del año, en el Hostal Jaumet, se levantan bien temprano para preparar "los mejores almuerzos de tenedor en nuestra cafetería". Unas propuestas donde descubriréis que la cocina de la abuela todavía se mantiene muy viva (y esto que ya van por la quinta generación y tienen más de 125 años de historia): los guisos se cocinan en la cocina de carbón y con cazuelas de barro, haciendo chup-chup.
El Cortijo
Desde el 1978, los hermanos Masegosa ofrecen uno de los mejores almuerzos de tenedor de Tarragona, con una barra llena de cazuelas: bocanegra rebozada y frita, guisados de pies de cerdo y cualquier platillo portuario... Y, casi siempre, una sartén de arroz para probar, porque, sí, ¡también se puede almorzar paella! Una casa de comidas de toda la vida, una tasca para mojar pan.
Taverna del Ciri
La incombustible pareja de chefs formada por Artur Martínez y Marc Ribas amplió, hace pocos meses, la oferta gastronómica del local para ofrecer, los días laborables, de 8 a 12 h, almuerzos brutales, con propuestas como los huevos al estilo Josep Oller, el capipota del cirio o las judías de la aguja de gancho de Can Casamada y longaniza de Sant Llorenç en zumo.
Fonda Europa
En el centro histórico de la ciudad de Granollers y con más de 300 años de historia, continúa regentada por la misma familia que la fundó. Fieles a la tradición hospitalaria de finales del siglo XVIII, la Fonda Europa es conocida por la cocina tradicional catalana y sus célebres almuerzos de tenedor. Id un día de mercado y probad el capipota, las mejillas o los calamares rellenos. Y, si os atrevéis, ¡también podéis almorzar paella!
Can Jaume
Si sois de los que queréis deleitaros el paladar acabados de levantar, este establecimiento mítico del Maresme es vuestro restaurante ideal. Tienen diferentes tipos de almuerzos de tenedor, donde la cocina de calidad, clásica e innovadora, os hará empezar el día en forma: estofado de cola de buey, muelles a la brasa, boquerones fritos, bacalao a la lata, dados de pies de cerdo…
Granja Elena
Un templo del producto con una oferta que se puede definir como alta cocina de barrio. Los almuerzos, claro, son superlativos e incluyen platos clásicos (huevos fritos, bacalao con samfaina, canelones de cola de buey, capipota, judías con tripetes de bacalao, garbanzos con butifarra de perol…) y modernos (tartar de tomate con sashimi de vieira).
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