- En el mercado podemos encontrar el sésamo de muchas maneras: crudo (blanco o negro), tostado, en pasta (tahina), hecho aceite o mezclado con sal (sal de sésamo) o con miel (halva).
- El sésamo contiene un 50 % de grasa: es la semilla con la cantidad de grasa más elevada que existe.
- Es originario de África y de la India, y contiene muchas proteínas y aminoácidos que, cuando se mezclan con otros alimentos, generan un gran valor biológico, que beneficia el organismo.
- Es perfecto para combatir dolencias cardiovasculares y es una fuente de hidratos de carbono, que facilitan el trabajo del intestino. Además, contiene muchas vitaminas, ácidos omega-3 y omega-6 y minerales, sobre todo calcio.
- La semilla la podéis usar tal cual, en sopas, ensaladas, arroces, pastas, panes o saltados; si se tuesta, todavía es más sabrosa.
- El aceire de sésamo se puede usar crudo, para aliñar verduras, pasta o las ensaladas (tener en cuenta que tiene un sabor muy potente). También se puede usar para cocinar, pero con cuidado, porque a temperaturas altas se quema.
- La tahina es una pasta hecha con semillas de sésamo tostado que se usa, sobre todo, para hacer hummus, una pasta de garbanzos del Próximo Oriente muy popular, actualmente.
- Se tiene que tener en cuenta que el sésamo y el aceite de sésamo se pone rancio con mucha facilidad, por lo tanto, es importante adquirirlo en pequeñas porciones.
- La semilla de sésamo también se puede usar en muchas recetas dulces (sobre todo el sésamo negro), añadiéndolo a panes, pasteles, cremas o incluso helados. Mezclada con otros semilas y con yogur, puede ser un almuerzo excelente.
- Podéis usar las semillas de sésamo enteras o convertidas en polvo, para rebozar, por ejemplo, carne o pescado: aporta un sabor interesante de frutos secos y un crujiente excelente.
Si queréis usar el sésamo en vuestras preparaciones, os recomendamos empezar por alguna de estas recetas: