9 productos de temporada de febrero

No es un producto de temporada, pero sí que es uno de los alimentos imprescindibles del Carnaval y más concretamente del Jueves Lardero. La tradición marca que antes del periodo de abstinencia impuesto por la Cuaresma, hace falta atiborrarse de tortilla, butifarra y coca de 'llardons'.

El sol de la segunda mitad de invierno favorece el crecimiento de los espárragos trigueros. Más allá de sus múltiples aplicaciones culinarias, se trata de un alimento rico en antioxidantes, vitaminas, potasio y magnesio. Su aportación calórica es muy baja, puesto que está constituido por más de un 90 % de agua.

La temporada de 'calçots' acostumbra a empezar entre noviembre y diciembre, pero si todavía no habéis participado en ninguna 'calçotada', ¡ahora es el momento! Si preferís disfrutar de los 'calçots' de una manera menos convencional, podéis probar de hacerlos en quiche o en una pizza enrollada.

A este tubérculo le gusta mucho el frío y por eso se cultiva en zonas frías. Los que se producen en la Cerdaña tienen un color más oscuro y se acostumbran a comer cocido o para hacer guisos de carne. A la hora de elegirlos, es preferible escoger los de medida más pequeña o mediana, de piel lisa, redondeados, firmes y pesados en relación con su medida.

De sabor suave y ligeramente amargando, se incorpora con facilidad a las ensaladas por su textura crujiente. Pero dónde tiene la máxima presencia es en las platos invernales de verdura. Especilalment en los países nórdicos, donde la presentan cocida, con compota de manzana y aromatitzada en vinagre. También la podéis añadir a sopas o a una quiche.

Es más sabrosa que la merluza y lo podéis cocinar al horno o guiso con cebolla y patatas. Tiene una ventaja adicional: las espites son fáciles de encontrar y de sacar. En cuanto a la aportación nutricional, contiene omega-3, un ácido graso esencial por el correcto funcionamiento del cuerpo que sólo se obtiene comiendo, puesto que los cuerpo no es capaz de fabricarlo.

Una de las hortalizas icónicas de los meses de invierno. Sus propiedades nutricionales son parecidas a las de los espárragos y sus aplicaciones, prácticamente infinitas: las podéis hacer al horno, pero también podéis hacer buñuelos, chips, 'carpaccio'... O utilizarlas para un plato de arroz o un estofado.

Os la podéis comer cruda, para aprovechar más las vitaminas, pero en este caso es más indigesta. Si decidís pasarla por los fogones, cocedla con cáscara, puesto que, un golpe cocida, la podréis pelar fácilmente. Es muy rica en azúcares, su consumo aporta silicio y zinc, mantiene la piel firme y da brillantez a los cabellos y las uñas. ¡Una heroína de pies a cabeza!

La col es una hortaliza que acostumbra a tener mucha resistencia a las condiciones climáticas de frío extremo.Destacamos tres variedades: la col de invierno de la Cerdaña, la col de piel de Galàpet (Osona) y la col verde manresana.