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06/03/2019Para endulzar la penitencia impuesta por los cuarenta días de Cuaresma, la población recurría a los buñuelos, que se acostumbraban a consumir los miércoles y los viernes. Actualmente, por fortuna, esta tradición se ha relajado y podemos encontrarlos cada día. Pero este producto, una masa de pasta frita y generalmente redonda, va mucho más allá del típico buñuelo de Cuaresma. Os presentamos 10 variedades.
Buñuelos de viento
Obviaremos el debate sobre cuáles son los buñuelos de Cuaresma genuinos. Sea como fuere, los buñuelos de viento son conocidos por su textura esponjosa, puesto que tienen mucho aire en su interior. Se hacen con pasta 'choux', una de las más utilizadas en repostería, que es el resultado de mezclar leche, harina, huevos y mantequilla o manteca.
'Brunyols' del Empordà
Destacan por su textura compacta, su forma de esfera aplastada y porque se les incorporan semillas de matalahúva, lo que les otorga un regusto anisado. Son un producto adherido a la Marca de Garantía 'Productes de l'Empordà'. Los pasteleros que los elaboran tienen que superar controles periódicos para recibir la certificación.
Buñuelos de chocolate
Si queréis exprimir todas las posibilidades sensoriales del buñuelo, tratad de hacer esta receta. El relleno es una ganache de chocolate, que obtenemos mezclando chocolate y nata líquida para montar a partes iguales. Para hacer la masa del buñuelo, también añadiremos cacao.
Buñuelos de crema
O quizás sois más de crema... En ese caso, hacemos la masa con pasta 'choux' y la mezclamos con la crema pastelera, que elaboraremos con leche, yemas de huevo, azúcar, maicena, canela y piel de limón.
Buñuelos de calabaza
Estos buñuelos son típicos de Valencia, y se acostumbran a elaborar y consumir durante la época de las fallas. Os damos un consejo para que, si los hacéis en casa, la masa no se os quede pegada en las manos: tened al lado un bol con agua y mojaos los dedos cada vez que deis forma a un nuevo buñuelo. Esta recomendación también os servirá para hacer otros tipos de buñuelos. Al principio cuesta... ¡pero enseguida se aprende!
Buñuelos de garbanzos
Es una antigua receta de aprovechamiento, practicada sobre todo por las amas de casa. El resultado es un buñuelo de textura melosa, sin aire en el interior pero no particularmente denso. Si los dejáis probar a alguien, ¡probablemente no adivinará que están hechos con garbanzos!
Buñuelos de manzana con 'coulis' de chocolate con curri Becky Lawton
La tradición culinaria dice que el 'coulis' (del verbo francés 'couler') es una salsa con textura de jarabe que se obtiene después de triturar y colar el producto, normalmente vegetal. Aquí lo reinventamos para acompañar unos deliciosos buñuelos de manzana.
Buñuelos de calabacín
Entramos en el territorio de los buñuelos salados de la mano de Ada Parellada. La base sigue siendo la pasta 'choux', pero en este caso incorporamos un diente de ajo y calabacín rallado, una hortaliza con un alto contenido en antioxidantes. Es una receta perfecta para hacer con niños.
Buñuelos de bacalao y ajo negro
Adaptamos una de las variedades del buñuelo más típicas. Las dos singularidades de esta receta son la patata, que aportará una consistencia muy interesante, y la crema de ajos negros, que es un alimento con muchas propiedades beneficiosas para el organismo. Si preferís una versión más clásica de los buñuelos de bacalao, aquí os dejamos la receta.
Buñuelos de membrillo
El membrillo ya es, de por sí, un producto fantástico para comerlo de postre. Si lo usamos como relleno de los buñuelos, el resultado es, como mínimo, prometedor. Tened paciencia (esto también os valdrá para las nueve recetas anteriores) y no friais todos los buñuelos de golpe. De este modo, no se pegarán entre ellos y la temperatura del aceite no bajará.
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