La pequeña empresa familiar Veggie Karma forma parte de una generación de proyectos que no tan sólo se enfocan en el producto, sino en la forma de hacerlo. Porque, ahora más que nunca, el negocio reivindica la importancia de la responsabilidad medioambiental y social.
Julien y en Giovanni, responsables del proyecto Veggie Karma, ofrecen productos saludables, versátiles y hechos para que tengan un gran impacto social. Julien explica que "la Covid-19 nos ha afectado mucho, a pesar de que las ventas online se han duplicado respecto a los registros de los meses anteriores. Nos da fuerzas que nuestro producto llame la atención a la gente". La conciencia ecológica y el comercio de proximidad serán tendencia en la nueva normalidad y Veggie Karma trabaja, como lo ha hecho siempre, en esta línea. Además, "procuramos trabajar con cooperativas, pequeños productores y proveedores locales". Precisamente esta conciencia medioambiental es la que les ha llevado a entregar sus pedidos con vehículos eléctricos.
Los quesos veganos que elaboran se venden en tiendas de productos ecológicos, veganos, herbolarios y en las paradas de mercado. Y, siempre que pueden, reutilizan los envases para ganar notoriedad. La última novedad, el Sant Andreu, es un queso semicurado hecho con embutido de calabaza, anacardos y almendras. Un karmage sorpresivo. Por otro lado, también ofrecen un paté vegetal de hierbas aromáticas y tomate que sorprende por su cremosidad.
La crisis del coronavirus ha parado el negocio que tienen con los restaurantes vegetarianos y los que incluyen opciones 100% vegetales en las cartas. Aún así, confían que la recuperación sea rápida y les sirva de impulso para afrontar el año con garantías. "Muchas tiendas han aprovechado el confinamiento para buscar nuevos proveedores, hemos tenido muchas llamadas", destaca Joan.
