Después de 30 años de actividad, el 27 de octubre del año pasado Carme Ruscalleda cerró las puertas de su prestigioso restaurante Sant Pau, en Sant Pol de Mar, que lucía con orgullo tres estrellas Michelin. La chef catalana, junto con su marido y compañero profesional, Toni Balam, quiso dejar el mejor regusto de boca a los afortunados comensales de aquella histórica "última cena". Les sirvieron una degustación de sus mejores platos y... no aceptaron cobrar la cuenta. Invitaba la casa.
Ruscalleda (Sant Pol de Mar, 1952), ya advirtió entonces que no se jubilaba. Que se reinventaba. El Sant Pau pasaba a ser un bar que conduciría su hija Mercè y aprovecharía parte de la cocina para hacer una "Cocina estudio". Además, la chef del Maresme continúa al frente del Sant Pau de Tokyo (dos estrellas Michelin) y su hijo Raül es el chef del restaurante Moments (dos estrellas Michelin), ubicado en el hotel Mandarin Oriental de Barcelona.
Se abre, pues, una nueva etapa para la gran embajadora de la cocina catalana en el mundo, que hace 30 años dejó de despachar en la tienda de víveres de sus padres, en Sant Pol, para empezar a hacer historia detrás de los fogones. Es el mejor momento para deleitarnos con un repaso a su exitosa trayectoria.
Ahora, el Palau Robert ha decidido dedicar una exposición a Ruscalleda que se puede visitar hasta el 29 de septiembre. La muestra dedicada a la chef se añade a las exposiciones que el Palau Robert ha presentado sobre Ferran Adrià (2012) y los hermanos Roca (2017). La exposición, titulada 'Carme Ruscalleda. La esencia del gusto', está organizada por la Dirección general de Difusión de la Generalitat y tiene como comisaria a Anna Alberni. Cuenta con el patrocinio de Gallina Blanca.
El visitante de la muestra puede reseguir una cronología con los hitos más importantes de la carrera de Ruscalleda. Años de aprendizaje y perfeccionamiento que han ido conformando una chef que se ha convertido en un referente en Cataluña y en el resto del mundo. Un camino de esfuerzo y genialidad que le ha llevado a un reconocimiento internacional unánime: estrellas Michelin, la Cruz de Sant Jordi de la Generalitat de Cataluña (2004), la Medalla de Oro al Mérito en Bellas artes del Ministerio de Cultura (2008), la Medalla de Oro del Parlamento (2013), el premio Nacional de Cultura (2019) o la distinción como hija predilecta de Sant Pol, que pone de manifiesto el arraigo de Ruscalleda a su tierra.
De esta mente creativa y abierta y de una cocina que ha ido evolucionando y mejorando han surgido propuestas de algunos de sus platos ya icónicos, como el canelón a la inversa, la merluza con pan con tomate o las texturas de chocolate inspiradas en la obra 'La guitarra', de Picasso.
Canelón a la inversa, de Carme Ruscalleda / @Pere Sauleda
