Ensalada de burrata, tomate, albahaca y piñones

Por Miquel Àngel Roque

Tipo de plato Ensaladas

Rápida y sencilla Vegetariana Sin
gluten

Ingredientes

1 burrata
Rata
Conocida también como 'pejesapo', la rata es un pez de fondo del Mediterráneo y el Atlántico oriental, de cuerpo corto y forma que recuerda a la araña, a pesar de tener el cuerpo más ancho y la cabeza más potente y acorazada. El color marrón de la parte superior le permite confundirse con el fondo arenoso, donde se entierra para acechar a las presas, atrayéndolas agitando la carnosidad que remata la primera espina de la primera aleta dorsal. Con un par de agujones cerca de la zona superior de los opérculos, también tiene los primeros radios de la otra aleta dorsal convertidos en espinas venenosas.

De carne blanca poco grasa y muy compacta, la rata tiene una piel gruesa y gelatinosa que hace que se considere un pescado de sopa, a pesar de que los ejemplares más grandes (de más de 20 centímetros de largo) se puedan incorporar sin problema a los guisos marineros tradicionales.
2 tomates de variedades diferentes
unas hojas de albahaca fresca
un puñado de piñones
sal
aceite de oliva
Oliva
Fruto del olivo, que, hasta que se inventó el deshuesador, estaba condenado a convertirse en aceite o a ser un aperitivo. Desde entonces, sin embargo, pudo entrar en la cocina como un ingrediente más, incluso con derecho a cocción. Y también enriquecer el abanico de productos conservados, gracias al relleno. El primero y más tradicional, el de la anchoa, pero hoy con un número interesante de variantes, como el pimiento.
vinagre de Módena Borges

Ensalada de burrata, tomate, albahaca y piñones Miquel Àngel Roque

1 burrata
Rata
Conocida también como 'pejesapo', la rata es un pez de fondo del Mediterráneo y el Atlántico oriental, de cuerpo corto y forma que recuerda a la araña, a pesar de tener el cuerpo más ancho y la cabeza más potente y acorazada. El color marrón de la parte superior le permite confundirse con el fondo arenoso, donde se entierra para acechar a las presas, atrayéndolas agitando la carnosidad que remata la primera espina de la primera aleta dorsal. Con un par de agujones cerca de la zona superior de los opérculos, también tiene los primeros radios de la otra aleta dorsal convertidos en espinas venenosas.

De carne blanca poco grasa y muy compacta, la rata tiene una piel gruesa y gelatinosa que hace que se considere un pescado de sopa, a pesar de que los ejemplares más grandes (de más de 20 centímetros de largo) se puedan incorporar sin problema a los guisos marineros tradicionales.
2 tomates de variedades diferentes
unas hojas de albahaca fresca
un puñado de piñones
sal
aceite de oliva
Oliva
Fruto del olivo, que, hasta que se inventó el deshuesador, estaba condenado a convertirse en aceite o a ser un aperitivo. Desde entonces, sin embargo, pudo entrar en la cocina como un ingrediente más, incluso con derecho a cocción. Y también enriquecer el abanico de productos conservados, gracias al relleno. El primero y más tradicional, el de la anchoa, pero hoy con un número interesante de variantes, como el pimiento.
vinagre de Módena Borges

Cortar el tomate en dados de 2 centímetros.
Picar la albahaca con la ayuda de un cuchillo.
En una sartén, tostar un poco los piñones.
Preparar la vinagreta emulsionando tres partes de aceite con una parte de vinagre y una pizca de sal.
En una bandeja, poner el tomate, la albahaca y los piñones, y aliñarlo todo con la vinagreta. Mezclar bien y disponer encima la burrata. Servir inmediatamente.