Ensalada de sepia y alcachofa

Tipo de plato Primeros

Dificultad Baja

Raciones 4

Sin
gluten Sin
lactosa

Ingredientes

1 escarola
Escarola
Verdura de aliñar emparentada directamente con la achicoria y originaria, también, de la región mediterránea, donde griegos y romanos las empleaban como hierbas medicinales. Fue hacia el siglo XIV cuando el uso de la escarola como ingrediente crudo se generalizó, en Europa, junto con la mencionada achicoria, que también se cultivaba.

De hojas más grandes y recortadas, el ramo que forman tiene la parte central más blanca y tierna, opción que se favorece ligándolas durante el tiempo previo a la cosecha, favoreciendo su blanqueo, lo que, de paso, le reduce la amargura. Con tendencia a marchitarse, se puede conservar unos días envuelta con un trapo húmedo. En nuestros lares, se suele comer cruda, cortada en el último momento y aliñada con vinagreta o salsas del tipo 'xató', y otras cocinas europeas la incorporan en platos como, por ejemplo, quichés o braseados.
cabello de ángel
2 alcachofas
1 morcilla
2 sepias
1 manojo de ajos tiernos
1 guindilla de Cayena
aceite de oliva
Oliva
Fruto del olivo, que, hasta que se inventó el deshuesador, estaba condenado a convertirse en aceite o a ser un aperitivo. Desde entonces, sin embargo, pudo entrar en la cocina como un ingrediente más, incluso con derecho a cocción. Y también enriquecer el abanico de productos conservados, gracias al relleno. El primero y más tradicional, el de la anchoa, pero hoy con un número interesante de variantes, como el pimiento.
virgen extra
1 manojo de cebollino
sal
sal en escamas

Ensalada de sepia y alcachofa Becky Lawton

Ingredientes

1 escarola
Escarola
Verdura de aliñar emparentada directamente con la achicoria y originaria, también, de la región mediterránea, donde griegos y romanos las empleaban como hierbas medicinales. Fue hacia el siglo XIV cuando el uso de la escarola como ingrediente crudo se generalizó, en Europa, junto con la mencionada achicoria, que también se cultivaba.

De hojas más grandes y recortadas, el ramo que forman tiene la parte central más blanca y tierna, opción que se favorece ligándolas durante el tiempo previo a la cosecha, favoreciendo su blanqueo, lo que, de paso, le reduce la amargura. Con tendencia a marchitarse, se puede conservar unos días envuelta con un trapo húmedo. En nuestros lares, se suele comer cruda, cortada en el último momento y aliñada con vinagreta o salsas del tipo 'xató', y otras cocinas europeas la incorporan en platos como, por ejemplo, quichés o braseados.
cabello de ángel
2 alcachofas
1 morcilla
2 sepias
1 manojo de ajos tiernos
1 guindilla de Cayena
aceite de oliva
Oliva
Fruto del olivo, que, hasta que se inventó el deshuesador, estaba condenado a convertirse en aceite o a ser un aperitivo. Desde entonces, sin embargo, pudo entrar en la cocina como un ingrediente más, incluso con derecho a cocción. Y también enriquecer el abanico de productos conservados, gracias al relleno. El primero y más tradicional, el de la anchoa, pero hoy con un número interesante de variantes, como el pimiento.
virgen extra
1 manojo de cebollino
sal
sal en escamas

Ensalada de sepia y alcachofa Becky Lawton

Preparación

Limpiar las alcachofas y cortarlas en cuartos. Freírlas con aceite de oliva abundante, hasta que queden crujientes. Reservarlas.
Cortar la morcilla y saltearla en una sartén, con un poco de sal y un hilo de aceite, hasta que quede muy hecha. Reservarla.
Limpiar la sepia y cortarla en cuadrados de medida parecida. Saltearlos en una sartén con un hilo de aceite de oliva y una pizca de sal, hasta que estén muy cocidos.
En los platos, servir unas hojas de escarola muy limpias y, encima, la sepia, las alcachofas y la morcilla. Servirlo con un sofrito de ajos tiernos: en una sartén con un hilo de aceite de oliva, sofreír los ajos tiernos cortados en láminas finas, junto a la guindilla. Una vez el ajo tierno se ablande, servirlo sobre la sepia. Acabarlo con un poco de cebollino y sal en escamas.