Preparación

1. Para la masa: poner la harina en un recipiente grande y añadir la mantequilla fría, cortada en dados. Mezclar la harina con la mantequilla hasta que desaparezca y la masa quede con el color y la textura de la arena. Añadir la sal y el huevo batido. Mezclar bien y amasar hasta conseguir una masa homogénea.
2. Poner la masa entre dos papeles de horno y extenderla con un rodillo. Al extenderla, vigilar que quede con forma redonda.
3. Envolver la masa sobre el rodillo ligeramente enharinado, para poderla transportar. Si se tienen dudas, mejor pedir ayuda a un adulto.
4. Poner el rodillo sobre el borde del molde, de unos 20 centímetros de diámetro, engrasado y enharinado. Desenrollar la masa con mucho cuidado. Apretar los bordes para que quede con forma de quiche y pincharla con un tenedor, para que no suba. Recortar la masa que sobre.
5. Para el relleno: pedir ayuda a un adulto para hervir las espinacas, solo 5 minutos. Escurrirlas bien y apretarlas con las manos, para que pierdan toda el agua.
6. En una sartén con un chorro generoso de aceite, freír el diente de ajo picado. Cuando se empiece a dorar, verter las espinacas y remover bien, para que queden sabrosas.
7. En un bol, batir los huevos y mezclarlos con la nata líquida. Salarlos.
8. Cortar las salchichas de Frankfurt pequeñas y ponerlas sobre la masa. También distribuir las espinacas.
9. Cubrirlo con queso brie cortado y verter la mezcla de nata y huevos.
10. Con la ayuda de un adulto, hornear la quiche, a 180 ºC, 30 minutos. Sacarla del horno con mucho cuidado, desmoldarla y ya estará lista para comer.

El consejo

• La quiche es muy práctica, porque se puede rellenar con todo tipo de ingredientes y siempre queda buenísima. Si queréis, se pueden cambiar las salchichas de Frankfurt por salchichas, jamón cortado en trocitos o, incluso, un poco de chorizo. ¡Lo mejor es dejar volar la imaginación!
• Para ahorrar tiempo, se puede comprar la masa ya preparada.