'Smoothie' de caldo de alcachofa, espinacas y piña

Por Caldo Aneto

Tipo de plato Primeros

Rápida y sencilla Vegana Sin
gluten Sin
lactosa

Ingredientes

1 l de Caldo Aneto de alcachofa
Alcachofa
Considerada erróneamente una flor, la alcachofa es una inflorescencia, un conjunto de pequeñas flores en forma de tubo (la pelusa que tienen en la parte interior) rodeado de hojas protectoras (brácteas), las que vamos eliminando aprovechando la parte basal. Una inflorescencia que se cosecha cuando la flor todavía no ha empezado a abrirse. Aportada a nuestra gastronomía por los árabes, conviene recordar su naturaleza para entender que, al comprarla, tiene que ser cuanto más cerrada y de punta redondeada, mejor (será más tierna). Igualmente, cuanto más pequeña sea en relación con el troncho, también será más tierna. La parte superior de dicho troncho, debidamente pelada, también es comestible. En la preparación, si no la hacemos a la brasa, conviene eliminar las hojas exteriores, más duras, rompiéndolas por la base. De este modo, la parte tierna quedará pegada al corazón.
150 g de brotes limpios de espinacas
Espinacas
Verdura originaria de la antigua Persia que fue absolutamente desconocida por los clásicos. Los árabes la trajeron a Europa a través de la península Ibérica, y rápidamente pasó a ser apreciada en Italia, desde donde Catalina de Médici la trajo a Francia y la popularizó al casarse con Enrique II de Francia. La espinaca, que se puede consumir cocida o, si las hojas son jóvenes, cruda, como ensalada, pide un lavado cuidadoso —justo antes de ponerla al fuego y sin dejarla a remojo—, puesto que crece en contacto con la tierra. Combina muy bien con la leche y derivados, que atenúan la acidez natural que recomienda el consumo inmediato, una vez cocida. Una cocción que hay que hacer rápidamente y sin mucha agua, para evitar que se disipe su sabor, lo que, por otro lado, hace recomendable incorporarla al final de las elaboraciones de los platos. También combina de manera excelente con los huevos.
frescas
1/2 piña natural
Zumo de 1/2 limón
Limón
Originario de la Asia más lejana e introducido en la península Ibérica por los árabes en el siglo XI, después de haberlo aclimatado al Mediterráneo, el limón no accedió a la cocina hasta muy entrado el siglo XV, para sustituir el agraz (zumo de uva verde) en muchos preparados. A partir de aquí, su expansión lo llevó hasta el contintento americano, con Colón, en su segundo viaje. Con variedades de medida y acidez variables, el limón tiene buena parte de los aromas y los aceites esenciales concentrados en las pequeñas ampollas de su coloreada piel, en contraste con la aspereza que suele conferir la pulpa. De ahí que muchas recetas gastronómicas prefieran esta piel delgada (el 'zeste', como la llaman los franceses) y no el zumo, destinado preferentemente a tareas de maceración. Por otro lado, una opción interesante y a la vez emergente, aunque poco conocida, es la de los limones confitados con sal, que nos llegan de la cultura norteafricana.

'Smoothie' de caldo de alcachofa, espinacas y piña

Ingredientes

1 l de Caldo Aneto de alcachofa
Alcachofa
Considerada erróneamente una flor, la alcachofa es una inflorescencia, un conjunto de pequeñas flores en forma de tubo (la pelusa que tienen en la parte interior) rodeado de hojas protectoras (brácteas), las que vamos eliminando aprovechando la parte basal. Una inflorescencia que se cosecha cuando la flor todavía no ha empezado a abrirse. Aportada a nuestra gastronomía por los árabes, conviene recordar su naturaleza para entender que, al comprarla, tiene que ser cuanto más cerrada y de punta redondeada, mejor (será más tierna). Igualmente, cuanto más pequeña sea en relación con el troncho, también será más tierna. La parte superior de dicho troncho, debidamente pelada, también es comestible. En la preparación, si no la hacemos a la brasa, conviene eliminar las hojas exteriores, más duras, rompiéndolas por la base. De este modo, la parte tierna quedará pegada al corazón.
150 g de brotes limpios de espinacas
Espinacas
Verdura originaria de la antigua Persia que fue absolutamente desconocida por los clásicos. Los árabes la trajeron a Europa a través de la península Ibérica, y rápidamente pasó a ser apreciada en Italia, desde donde Catalina de Médici la trajo a Francia y la popularizó al casarse con Enrique II de Francia. La espinaca, que se puede consumir cocida o, si las hojas son jóvenes, cruda, como ensalada, pide un lavado cuidadoso —justo antes de ponerla al fuego y sin dejarla a remojo—, puesto que crece en contacto con la tierra. Combina muy bien con la leche y derivados, que atenúan la acidez natural que recomienda el consumo inmediato, una vez cocida. Una cocción que hay que hacer rápidamente y sin mucha agua, para evitar que se disipe su sabor, lo que, por otro lado, hace recomendable incorporarla al final de las elaboraciones de los platos. También combina de manera excelente con los huevos.
frescas
1/2 piña natural
Zumo de 1/2 limón
Limón
Originario de la Asia más lejana e introducido en la península Ibérica por los árabes en el siglo XI, después de haberlo aclimatado al Mediterráneo, el limón no accedió a la cocina hasta muy entrado el siglo XV, para sustituir el agraz (zumo de uva verde) en muchos preparados. A partir de aquí, su expansión lo llevó hasta el contintento americano, con Colón, en su segundo viaje. Con variedades de medida y acidez variables, el limón tiene buena parte de los aromas y los aceites esenciales concentrados en las pequeñas ampollas de su coloreada piel, en contraste con la aspereza que suele conferir la pulpa. De ahí que muchas recetas gastronómicas prefieran esta piel delgada (el 'zeste', como la llaman los franceses) y no el zumo, destinado preferentemente a tareas de maceración. Por otro lado, una opción interesante y a la vez emergente, aunque poco conocida, es la de los limones confitados con sal, que nos llegan de la cultura norteafricana.

'Smoothie' de caldo de alcachofa, espinacas y piña

Preparación

Preparar todos los ingredientes.
Cortar la piña y las espinacas a trozos pequeños.
Introducír los ingredientes en una bateadora americana. Añadir el zumo de limón y el Caldo de alcachofa Aneto y turbinarlo hasta que quede un zumo homogéneo.
Servirlo muy frío, decorado con unos trocito de piña y espinacas.