Patatas a la huancaína

Por Pep Nogué

Tipo de plato Segundos

Dificultad Baja

Raciones 4

Vegetariana

Ingredientes

1 kg de patatas de piel amarilla de tamaño regular
1 diente de ajo
2 guindillas ('ajís')
250 g de queso fresco
Queso fresco
Es la manera tradicional de preparar los quesos en la región mediterránea, en especial, en las zonas poco frías y, por lo tanto, poco adecuadas para los procesos de secado y conservación. Habitualmente, se hace con leche de cabra o de oveja, a la que se aplica una coagulación enzimática, seguida de un cortado (no siempre acompañado del salado clásico) y una elaboración que se acaba con un amoldamiento en trapo o molde, que permite obtener varias medidas y formas. De sabor y textura suaves, se suele integrar perfectamente en cualquier ensalada y servir de complemento de otros platos fríos. También se suele emplear en la preparación de salsas, cremas y determinados pasteles. Afortunadamente, hoy son muchos los artesanos y pequeños productores que se dedican a elaborarlo en nuestros lares, y que, de este modo, garantizan un producto de proximidad y calidad.
tipo requesón
200 ml de leche evaporada
2 huevos duros
2 ramas de perejil
Perejil
Considerado por los griegos un potente protector contra los venenos —como el ajo y, quizás en el origen, el popular ajo y perejil—, lo popularizó Carlomagno, que ordenó plantarlo en todos sus dominios. No sin tener que vencer los recelos de los que lo consideraban peligroso por los efectos que, decían, podía provocar su mal uso, entre los cuales había la supuesta capacidad abortiva. Un hecho que no ha impedido incorporarlo de manera masiva en platos como el 'tabulé' libanés. A pesar de permitir la congelación directa, sin necesidad de escaldado, su piel fina le hace perder firmeza y presencia, limitando el uso a las cocciones. Por suerte, se conserva fácilmente en un jarrón. O en la nevera, dentro de una bolsa agujereada y manteniendo la humedad. Actualmente, la variedad rizada, menos sabrosa, desplaza la tradicional en las presentaciones.
sal
4 galletas maría
1 lechuga
50 g de aceitunas negras sin hueso

Ingredientes

1 kg de patatas de piel amarilla de tamaño regular
1 diente de ajo
2 guindillas ('ajís')
250 g de queso fresco
Queso fresco
Es la manera tradicional de preparar los quesos en la región mediterránea, en especial, en las zonas poco frías y, por lo tanto, poco adecuadas para los procesos de secado y conservación. Habitualmente, se hace con leche de cabra o de oveja, a la que se aplica una coagulación enzimática, seguida de un cortado (no siempre acompañado del salado clásico) y una elaboración que se acaba con un amoldamiento en trapo o molde, que permite obtener varias medidas y formas. De sabor y textura suaves, se suele integrar perfectamente en cualquier ensalada y servir de complemento de otros platos fríos. También se suele emplear en la preparación de salsas, cremas y determinados pasteles. Afortunadamente, hoy son muchos los artesanos y pequeños productores que se dedican a elaborarlo en nuestros lares, y que, de este modo, garantizan un producto de proximidad y calidad.
tipo requesón
200 ml de leche evaporada
2 huevos duros
2 ramas de perejil
Perejil
Considerado por los griegos un potente protector contra los venenos —como el ajo y, quizás en el origen, el popular ajo y perejil—, lo popularizó Carlomagno, que ordenó plantarlo en todos sus dominios. No sin tener que vencer los recelos de los que lo consideraban peligroso por los efectos que, decían, podía provocar su mal uso, entre los cuales había la supuesta capacidad abortiva. Un hecho que no ha impedido incorporarlo de manera masiva en platos como el 'tabulé' libanés. A pesar de permitir la congelación directa, sin necesidad de escaldado, su piel fina le hace perder firmeza y presencia, limitando el uso a las cocciones. Por suerte, se conserva fácilmente en un jarrón. O en la nevera, dentro de una bolsa agujereada y manteniendo la humedad. Actualmente, la variedad rizada, menos sabrosa, desplaza la tradicional en las presentaciones.
sal
4 galletas maría
1 lechuga
50 g de aceitunas negras sin hueso

Preparación

Poner una olla al fuego con agua y, cuando arranque a hervir, echar las patatas peladas y cocer, que no se abran.
Limpiar las guindillas de venas y semilas.
Trocear el ajo y añadir el queso fresco, las guindillas, la leche evaporada, una pizca de sal y las galletas. Triturar hasta que quede una salsa bien cremosa.
Lavar la lechuga y secar muy bien. Disponer en el fondo del plato. Encima, poner las patatas cortadas de forma alargada.
Salsear con la salsa y decorar con el perejil, los huevos duros rallados y las aceitunas.