El consomé es un caldo cristalino, limpio, transparente y brillante, muy sabroso, que también se puede aromatitzar con otros elementos ajenos a la cocción inicial, como por ejemplo hierbas aromáticas o vino. Se puede elaborar perfectamente en casa, puesto que es una técnica culinaria muy sencilla. Os explicamos cómo.
- CONSOMÉ VS. CALDO
Cómo hemos dicho, el consomé es un caldo cristalino, limpio, transparente y brillante, muy sabroso. Un caldo también es sabroso, y puede ser tanto vegetal cómo con proteína animal, pero, en cambio, no tiene la belleza transparente de un consomé, es más opaco.
- ¿CÓMO SE HACE?
El consomé se puede elaborar perfectamente en casa, puesto que es una técnica sencilla, a pesar de que merece tiempo y técnica. Partimos de un caldo casero, que se cuece a fuego muy lento y se va espumando durante el proceso, y que produce grasa e impurezas procedentes de los huesos, la carne y las verduras de la cocción. Cuando el caldo se enfríe, podemos desengrasar fácilmente la capa sólida que quede a la superficie, y lo podemos colar con una tela muy fina. Después hacemos que vuelva a arrancar a hervir, y añadimos una clara de huevo mezclada con juliana de puerro: la albúmina y el vegetal atraparán las minipartículas que quedarán en suspensión, y así conseguiremos que el líquido sea puro, transparente y delicado.
- ¿SOLO SON DE CARNE?
No, ¡por favor! Podemos elaborar consomés vegetales, de pescado, de marisco, de carne blanca o roja o de caza.
- USO Y CONSERVACIÓN
Generalmente, los consomés se sirven al inicio de la comida, a manera de entrante. Podemos añadir trabas gurmet, como por ejemplo un huevo a baja temperatura, o algunas verduras laminadas, unos dauets de carne o de pez, trocitos de pan crujiente, etc. Lo podemos conservar a la nevera, cómo cualquier caldo, si lo tenemos que consumir al cabo de pocos días, o al congelador, si lo queremos consumir tiempo después.