Preparación
- En una olla con aceite, freír las dos rebanadas de pan. Retirarlas y ponerlas en un mortero.
- Asar un diente de ajo. Pelarlo y añadirlo al mortero.
- En el mismo aceite de freír el pan, dorar dos dientes de ajo, pelados y cortados por la mitad. Añadir el tomate y sofreírlo.
- Apartar la cazuela del fuego y añadir la pimienta roja. Removerlo muy bien.
- Volver a poner la cazuela al fuego y añadir las espinacas. Cubrirlas con agua (no demasiada, puesto que las espinacas ya soltarán) y dejar que empiece a hervir.
- Mientras tanto, pelar, lavar y cortar las patatas en dados. Es importante no hacer el corte limpio a las patatas: justo a la mitad, romperlas, así soltarán almidón y el caldo se espesará.
- Añadir las patatas a la cazuela con los garbanzos limpios y escurridos y un poco de colorante en polvo.
- Hacerlo cocer a fuego lento, hasta que las patatas estén hechas.
- Preparar una picada con el pan, el ajo asado, las almendras sin piel y el comino en grano. Añadir la picada al final de la cocción y remover muy bien.