Preparación

Preparación

  1. Hacer unos cortes en la carne, para que se cocine mejor, y salpimentar. Ponerla en una bandeja de horno y untarla con manteca de cerdo. Como siempre que se usa el fuego, pedir ayuda a un adulto por hornear las mejillas, a 220 ºC, 20 minutos.
  2. Pelar las cebollas y cortarlas. Cortar los tomates y partir los ajos por la mitad.
  3. Pasados los 20 minutos, sacar las mejillas del horno. Añadir a la bandeja las cebollas cortadas, los tomates, los ajos y el caldo. Bajar el horno a 180 ºC y cocerlo 2 horas.
  4. Cada 15 minutos, mojar las mejillas con su jugo. Si quedan muy secas, añadir un poco de caldo o de agua. Al final de la cocción, tienen que quedar un poco secas, pero no resecas.
  5. Dejar enfriar un poco las mejillas y deshuesarlas. Cortarlas pequeñas y conservar el jugo. Reservar.
  6. Para el puré de patatas: pelar las patatas y cortarlas. Hervirlas en un cazo, cubiertas de agua, unos 20 minutos. Colarlas y triturarlas con la leche caliente y la mantequilla blanda. Salpimentar.
  7. En una sartén grande, con un buen chorro de aceite, saltear las setas a fuego medio, hasta que pierdan el agua. Añadir un poco de sal.
  8. Servir las mejillas sobre una base de puré de patata, con las setas salteadas y un poco de jugo del asado por encima.

El consejo

  • Del cerdo se aprovecha absolutamente todo y la carne de las mejillas no es una excepción. Hay que cocerla mucho rato, pero, una vez cocida, queda buenísima y muy melosa. Eso sí: hay que servirla acabada de cocer, porque al enfriarse se endurece un poco.
  • Si se prefiere, en lugar de acompañar las mejillas con puré de patatas, se puede aprovechar para hacer las patatas al horno. Solo habrá que cortarlas en dados y ponerlas en la bandeja con las mejillas cuando falten unos 20 minutos para que se acabe la cocción.

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