1. Dejar hervir la leche con la pulpa de la vainilla. Colarla y dividir la leche perfumada en dos partes.
2. Mezclar una de las partes de leche caliente con tres hojas de gelatina, muy hidratadas. Dejarla enfriar, sin que llegue a cuajar, y ponerla dentro de un sifón de cocina. Cerrar el sifón y añadir las dos cargas de gas. Remover bien el sifón, para mezclarlo perfectamente, y reservarlo en la nevera.
3. Mezclar los 500 g de café americano muy caliente con los 30 g de azúcar, añadir cinco hojas de gelatina hidratadas, mezclar bien y repartir en el fondo de ocho vasos, donde se servirán los postres. Reservar en la nevera.
4. Mezclar la segunda parte de la leche perfumada, también muy caliente, con el chocolate rallado, hasta que quede una crema muy fina. Añadir a la mezcla de leche y chocolate caliente las cinco hojas de gelatina restantes, también muy hidratadas.
5. Mezclar bien y dejar enfriar sin que llegue a cuajar. Cuando esté muy fría y no cuajada, repartir la crema de chocolate en los vasos que están en la nevera encima del cuajado de café, y volverlos a poner en la nevera: los vasos habrán quedado de dos colores diferentes.
6. En el momento de presentar los postres en la mesa, repartir por encima la espuma de leche, sin que se mezcle con el resto, y epolvorear un poco de cacao puro en polvo.